La pérdida de la capacidad de análisis, y por ende la de pensamiento crítico…
Por Cecilio Andrade para Al-Ghurabá.
Nada nuevo.
La humanidad siempre ha estado sometida al ataque sostenido de la propaganda, no es algo moderno ni exclusivo de la actual sociedad hiperconectada. Si gustan de la Historia les emplazo a leer sobre ello desde el más antiguo propagandista del que se tiene información, Ramsés II (1303-1213 a. C.), pasando por Julio Cesar y Augusto, la leyenda negra tejida sobre el imperio español, las campañas de “des-historización” (no busquen la palabra, me la acabo de inventar) de las revoluciones rusa y china junto a las de los fascismos y nazismo, y no dejemos pasar la estulticia de la gran masa de borregos de la (des)cultura woke ni la mentiras y re-mentiras presidenciales seguidas en mi propio país... podría seguir por un largo, muy largo etc... lo dejaré aquí.
Como ven, Nihil novum sub sole, parafraseando la Biblia Vulgata, “nada nuevo bajo el sol”
Pero en la actual sociedad global hiperconectada lo hemos mejorado. Miles de personas permanecen en constante conexión, recibiendo una retroalimentación permanente mediante un brutal bombardeo diario, comparable al de los ataques sobre las ciudades alemanas durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero calma, no son bombas explosivas, al menos aun no, aunque lo cierto es que incendiarias si lo son.... hablo del brutal bombardeo de noticias al que estamos sometidos, y mediante el cual logran manipular sociedades enteras.
Internet y las redes sociales son el medio “natural” del presente para convertir en certezas lo que no son más que rumores y mentiras interesadas, primando la rapidez en la transmisión de cualquier información sobre la fiabilidad de la misma. Situación que provoca que los ciudadanos normales se vean incapaces de distinguir y separar la falsa información de la verídica, la fiable de la dudosa.
Pero calma, parafraseando de nuevo un viejo refrán, mal de muchos consuelo de tontos, incluso los analistas de inteligencia se ven en aprietos a la hora de evaluar la veracidad de esas mismas informaciones.
Ciudadano analítico.
Hoy en día se suele escuchar muy a menudo, en medios informativos principalmente, términos y siglas que hasta no hace mucho apenas eran más que jerga de películas sobre la CIA y la KGB, y junto a ellas comentarios, más o menos misteriosos, de procedimientos, metodologías y software de análisis asociados.
Ciertamente la finalidad de todas esas siglas a las que hago referencia es facilitar un análisis de la información que permita recabar conclusiones fiables, o como diría un analista profesional, productos de inteligencia fiables, oportunos y precisos.
El problema de todo ese sistema tan especializado, aplicado por un saturado ciudadano medio para analizar los contenidos de una red social, es que tan solo le ofrece un resultado tan bueno como el de la mente que lo emplee. Siendo ahí donde la falta de verdadera preparación del ciudadano, unida a sesgos, prejuicios y esquemas mentales, lo que pueden limitar su eficacia.
Incluso en el ámbito de la inteligencia profesional, en muchos casos se está formando al personal en el manejo de este tipo de procesos, sin dotarle de otros conocimientos que acoten sus errores en la evaluación y análisis de la información.
Sin entrar en el campo especializado del profesional de inteligencia, ni hacer un listado detallado de procesos, un ciudadano siempre debería llevar a cabo un análisis de información, para lo cual debe ser capaz de realizar la búsqueda de las claves necesarias para generar unas conclusiones fiables.
Sin duda alguna los dos factores determinantes a la hora de perfeccionar a un ciudadano como analista de inteligencia amateur, son la experiencia y la formación.
Sin entrar en las capacidades especiales y específicas que debe poseer un analista de inteligencia profesional, en lo que este y el ciudadano amateur deseoso de conocer la realidad deben poseer, además de una capacidad mínima de análisis y síntesis, es un profundo y fuerte pensamiento crítico e imaginativo.
Pueden parecer capacidades de segundo orden, cuando no irrelevantes, debido a los grandes avances tecnológicos sobre todo en Inteligencia Artificial, con los que supuestamente siempre se dispondrá de toda la información necesaria de manera oportuna, precisa y fiable para realizar los correspondientes análisis.
Este error se basa en una falacia de autoridad, la de que todas las personas analizan espontáneamente de manera crítica, argumentada y neutral cualquier información que lean o escuchen.
Pocas cosas hay más lejos de la realidad.
Ni el mejor analista de información, de la agencia más capaz del planeta, está en posesión de toda la información necesaria para elaborar una inteligencia 100% veraz. Siempre existirán vacíos de información, que el analista debe completar con supuestos que le obligarán a elaborar y trabajar con hipótesis.
Ahora junten a todo lo anterior a la necesidad de evaluar toda esa información que le llega al atareado ciudadano medio, desde el punto de vista de la fiabilidad de la fuente y la credibilidad de la información.
Si con toda la tecnología en su mano un analista de inteligencia profesional debe hacer una enorme cantidad de juicios subjetivos, normalmente presionado por el tiempo, para un ciudadano ocupado en muchas otras tareas cotidianas es imposible no verse influido por sus propios sesgos, prejuicios e ideas preconcebidas.
Todo ello unido con sus escasas capacidades de obtención de información verificada, así como de distinguir informaciones manipuladas a través del tsunami de su red social favorita, es lo que hace que considere como relevante y fiable información que no lo es.
Todo ello debido a que se apoya en una determinada línea de recepción de información, sin pararse a considerar si puede estar siendo manipulado, o si existen otras alternativas a considerar.
Pensamiento crítico.
Una pregunta recurrente que suelen hacerme, es que si solamente pudiera ofrecer una técnica o método que ayudara al ciudadano analista ¿cuál sería?
Mi respuesta, y no solo en este campo, es siempre la misma, pensamiento critico.
El pensamiento critico nos ayuda a ser conscientes de cómo nuestra capacidad de razonamiento se ve limitada a la hora de analizar información por la influencia de sesgos, prejuicios, ideas preconcebidas y experiencias anteriores, entre otros muchos factores.
Nos facilita analizar la información relativa a cualquier asunto desde un punto de vista limpio, dejando de lado las suposiciones y creencias, con lo que logramos diferenciar entre hechos, opiniones, afirmaciones y suposiciones. Contribuyendo en consecuencia a que las argumentaciones que apoyen nuestras conclusiones estén fundamentadas.
Es primordial identificar los elementos del pensamiento crítico para realizar análisis correctos y sin sesgos de la información disponible.
Aplicar el pensamiento crítico nos ayuda a la hora de evaluar, integrar, analizar e interpretar la información, pero también a la hora de argumentar y exponer las conclusiones.
El problema del pensamiento crítico, desgraciadamente, es que está relacionado con la razón, la honestidad intelectual y la amplitud mental en contraposición a lo emocional, a la pereza intelectual y a la estrechez mental.
En resumen, es fundamental aprender a pensar de manera crítica y con mente abierta, reconociendo y evaluando, según sea necesario, las supuestas implicaciones y consecuencias prácticas de nuestros pensamientos.
Manipulación masiva... el verdadero peligro.
Vivimos en un mundo donde la falta de pensamiento crítico genera que la distracción sea una de las estrategias primordiales de manipulación masiva, manteniendo ocupadas las mentes y llevando la atención del ciudadano hacia temas irrelevantes o banales.
Para lo cual se nos distrae saturándonos de información y dando excesiva importancia, por ejemplo, a eventos deportivos, la farándula, a las curiosidades, etc. Haciéndonos perder de vista los problemas reales.
Esta distracción suele aplicarse junto a otra estrategia empleada para la toma de decisiones que son impopulares. Me refiero por ejemplo a aquella donde se deja de dar un servicio eficiente para que los ciudadanos lo vean como un problema que necesita una solución externa, generando con todo ello un efecto de Problema-Reacción-Solución, donde ellos mismos aportan la solución.
La privatización o estatalización de muchos servicios fundamentales es un ejemplo muy común.
Otra estrategia aplicada junto con las anteriores es la de implementarlas poco a poco, de tal manera que resulten prácticamente imperceptibles, y que de ser introducidas de forma inmediata la gente no aceptaría.
La pérdida gradual de libertades y derechos en muchas sociedades democráticas, con el argumento de una mejora paulatina de la seguridad y la calidad de vida, es otro ejemplo actual.
Añadan al ejemplo anterior un argumento que haga pensar a los ciudadanos que se toma una medida perjudicial de forma temporal, con vistas a que en el futuro se logren grandes beneficios para toda la sociedad y, obviamente, para los ciudadanos individuales. De esta forma se aceptará casi cualquier medida, pensando que lo malo de hoy traerá un gran bien mañana.
Desgraciadamente pasará el tiempo actuando mientras tanto el efecto de “normalización”, con lo que la gente no protestará porque ya han olvidado los beneficios prometidos.
¿Olvidar?
Lo cierto es que si, el ciudadano tiende a olvidar debido a que es habitualmente tratado como un niño, empleando gestos, palabras y actitudes impregnadas de un cierto halo de ingenuidad. El objetivo de ese trato infantil habitual en la televisión y espectáculos, es simplemente vencer la resistencia y neutralizar el sentido crítico de las personas.
Miren a la mayoría de figuras políticas en sus discursos, ¿cuántas veces se nos muestran como figuras paternales... o maternales?
Figuras que afectan a las emociones, teniendo como objetivo neutralizar la mente reflexiva de los ciudadanos al generar emociones que alcanzan el subconsciente. De ahí que muchos de sus mensajes estén tan llenos de emotividad, con el propósito de crear una especie de dique con el área más racional. Con las emociones se capta el contenido del mensaje, pero no sus elementos específicos.
Así es como se neutraliza la capacidad crítica.
Ignorancia y culpabilidad generalizada.
Mantener a las personas en la ignorancia es uno de los mejores sistemas de no proporcionarles las herramientas para que puedan analizar la realidad por sí mismas.
Entretenerlos, distraerlos, saturarlos, emocionarlos, sin darle jamás a conocer las estructuras internas de los hechos. Buscando adormecer la curiosidad y el deseo del conocimiento, darle poco o ningún valor a los resultados de pensar de forma crítica.
Para mantener el nivel adecuado de ignorancia es obligado no poner énfasis en la educación, generando, por ejemplo, una más que amplia brecha entre la calidad de la educación privada y la educación pública.
Es la consecuencia y necesidad actual de generar y promover públicos complacientes, que acepten las oleadas masivas de tendencias, modas, gustos, intereses u opiniones. Es ahí donde entran en juego los medios de comunicación dirigidos por intereses específicos, promoviendo estilos de vida tontos, superfluos y ridículos, convenciéndonos de que comportarse así es “lo que está de moda”.
¿Un ejemplo?
¿No nos hacen creer que nosotros, como sociedad, y solo nosotros somos los culpables de nuestros problemas?
Esa culpabilidad suele ir unida, y de la mano, con la de la culpabilidad por no hacer algo contra los que atentan contra nuestra “idílica sociedad”. La sociedad es perfecta, por ñlo que si se presenta una deficiencia es responsabilidad del individuo.
Es por ello que las personas buscan encajar, sintiéndose culpables por no lograrlo del todo. Desplazan la indignación que podría provocarles los errores del sistema, hacia una permanente culpabilización de sí mismos.
Inconscientemente ignorantes....
Hoy en día tenemos miles de Bibliotecas de Alejandría en nuestros manos. A través de nuestros teléfonos tenemos acceso a todo el saber de milenios de la Humanidad.
Desgraciadamente todo ese conocimiento está muy lejos de la comprensión de la mayoría de las personas, que solo alcanzan una mínima cantidad de dicha información. Entre tanto, grupos de todo color e índole, disponen de todo ese saber para usarlo a su conveniencia.
Nuevamente en el devenir humano, se hace patente que la ignorancia facilita la acción de las estrategias de manipulación sobre la sociedad, con objeto mantener, o crear, el mundo tal y como les interesa.
De nosotros depende dejarnos manejar pasivamente, permitiendo el bloqueo de la capacidad crítica y analítica, o por contra, pensar y ofrecer resistencia hasta donde sea posible.
Cuídense y cuiden de los suyos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su tiempo y su comentario.
Por motivos de seguridad se requiere revisión de todo lo comentado, en breve se autorizará su publicación.
Cuídese y cuide de los suyos.