domingo, 30 de noviembre de 2025

Procedimientos modernos... pero, pensándolo bien ... ¿qué tan modernos?

Procedimientos modernos... pero, pensándolo bien ... ¿qué tan modernos?


Por Cecilio Andrade.


”El mundo tal como lo hemos creado 

es un proceso de nuestro pensamiento. 

No podemos cambiarlo

sin cambiar nuestra forma de pensar”.

Albert Einstein.



¿Realmente hay algo “nuevo” sobre el trabajo con armas?

Cuanto más avanza mi vida profesional, o simplemente "mi vida", ya sea en mi parte de operador como de instructor, voy descubriendo cosas que en realidad me indican que no son descubrimientos reales, sino más bien redescubrimientos, o adaptaciones, si prefieren que sea más preciso.

En muchos casos si podría decir que son descubrimientos, pues tras ponerlo en práctica encuentro más tarde que ya alguien lo puso en práctica cientos de años atrás. Otras veces lo descubro en alguna lectura y lo aprovecho para otro concepto o situación distinta para el que fue pensado.

Cuanto más avanzo más encuentro que mirar atrás me ayuda a “descubrir” herramientas útiles.

La mayoría de los que me conocen saben de mi aprecio y dedicación a las llamadas Artes Marciales Tradicionales, definidas de forma común como esas escuelas de lucha corporal y con armas que no son de fuego, léase palos de distinto tamaño, cuchillos, incluso espadas. 

Para la mayoría eso son las Artes Marciales.

Para mí esa definición integra todo lo que hace referencia a combatir para sobrevivir o salvar vidas.

Me explicaré.

La definición de Artes Marciales, si hablamos específicamente de su significado gramatical, es Arte de la Guerra, sea esta guerra del tipo que sea. Hoy en día se llama así solo a las técnicas y escuelas con varios siglos de antigüedad.

Un caballero medieval, un samurái, entrenaba con las armas que entonces tenía a su disposición, espadas, puñales, mazas, lanzas, y un gran etc. Y lo hacía, si era inteligente, con todo su equipo encima, armadura, casco, escudo y otra vez etc. Era lo que había entonces como normal para un verdadero guerrero y no lo idealizaban fuera de lo ética y moralmente exigible.

Un operador moderno también entrena hoy en día con fusil, pistola, bastón extensible, cuchillos plegables, etc. Y los buenos lo hacen con su equipo normal de trabajo, que en su grado máximo implica chaleco de protección balística, casco, guantes anti-corte, y más etc.

¿Díganme que diferencia real encuentran?

Las armas, ¡zoquete!, dirán algunos, y tendrán razón, son bien distintas. 

Pero las técnicas que para ellos eran de supervivencia hoy en día se tienden a idealizar y distanciar del uso de las armas de fuego, sucias y sin ética. Las técnicas que hoy empleamos con armas de fuego probablemente, en 100 o 200 años serán también consideradas Artes Marciales Tradicionales con “Armas de Propulsión Química”.

Bromas o pretensiones filosóficas apartes, para mí el concepto Artes Marciales implica desde como desplazarme en Tai Sabaki de Aikido ya lleve un boken, una katana o un M4 con visor holográfico, y deba luchar con ese mismo M4 en un combate cercano con técnicas de Bo o Eskrima, por ejemplo.

Por otro lado combatir con un chaleco de protección balística y casco, no debe ser muy distante a lo que sentían los caballeros medievales o samuráis con sus armaduras forjadas o tejidas.

Mi introducción en el combate a mano desnuda fue de la “mano” del Aikido hace ya muchos años, y anaizándolo bien, demasiados años. Pero hoy por hoy he añadido muchas otras técnicas, escuelas o estilos, y he adaptado muchas cosas a otros procedimientos y armas.


Sé que a muchos les parecerá un sacrilegio mezclar técnicas espirituales a los sucios procedimientos actuales con armas de fuego, pero la realidad es la que hay, en la lucha por sobrevivir y salvar vidas llevamos varios miles de años experimentando, por lo que es muy difícil que a un guerrero de la antigüedad se le sorprenda con situaciones modernas.


Si quieres algo que nunca has tenido,

tienes que hacer algo que nunca has hecho”.

Thomas Jefferson.


Un ejemplo puntual.

Un Arte Marcial considerado hoy en día casi 100% filosófico y mental, pero basado en los “procedimientos estándar de trabajo” de guerreros de hace varios siglos, los samuráis y el Iaido.

Este Arte Marcial podría tener casi 2000 años, o sin casi, y aun así es totalmente aplicable al trabajo moderno y actual, veamos si tengo razón, ud´s dirán al finalizar este trabajo si ello es así.

El Iado basa su trabajo físico en la propia autodefensa ante una agresión, no en ser el agresor.

Ahora piensen en un ciudadano ante una agresión, un escolta, un policía de patrulla, un militar en misión de paz, ninguno puede actuar hasta que no están ya bajo ataque. Esto es algo que en el moderno y legal mundo actual está muy en boca de todos, ¿verdad que sí?

También enseña algo que todos sabemos, en teoría, que la unión mente y cuerpo, gracias al entrenamiento, es la que permitirá sobrevivir.

¿Qué enseña el Iaido?

Pues esa misma unión comentada.

Tanto en el Iaido como en un entrenamiento correcto con armas modernas, todos los gestos y acciones están estudiados para desarrollar y potenciar el “aquí y ahora”, para facilitar que el cuerpo se mueva correctamente y la mente pueda captar la situación y su respuesta. 

Resumiendo hablamos de la adaptación instantánea, por más imprevista que sea la situación, con serenidad, juicio correcto y rápido.

¿Les suena? Sigamos.

El Iaido tiene cinco principios básicos, a saber:

    1. Adaptarse inmediatamente a las circunstancias, del tipo que sean, con la respuesta más adecuada al lugar, la distancia y el tiempo. Hoy más conocido por “Ritmo de la Acción”.
    2. Las acciones son más eficaces cuando nacen de la intuición (podemos decir instinto educado y entrenado si lo prefieren), ajustándose a la distancia y al momento oportuno.
    3.  La postura corporal (Tai) es la manifestación del equilibrio, estabilidad, potencia, agilidad, entre otras características (todo ello denominado Hara en japonés), y todo ello con gestos y acciones justos, ni demasiado tensos ni demasiado relajados.
    4. Una actitud serena, calmada, con autocontrol, es la manifestación de espíritu (Shin), algo que podemos ver con claridad en los ojos y el tono de voz.
    5. Cuerpo, sable (¿podemos poner otra arma?) y espíritu se unifican para actuar al mismo tiempo (Ki Ken Tai Ichi).

Y tras lo anterior les emplazo a que me contradigan respecto a que estos cinco principios no son adaptables al trabajo con armas modernas, del tipo de operador que sea, como enumeré antes.

El Iaido enfatiza que técnica y actitud son indisolubles, recalcando en igual nivel el entrenamiento físico y el mental/emocional, llamado Kokoro en Japón.

Con ese equilibrio logramos actuar de acuerdo con otros tres principios básicos, veámoslos.

    • Es fundamental pensar que el adversario, o adversarios, son tan hábiles y capaces como uno mismo, como mínimo. 
      • Que todo descuido o desprecio al adversario implica bajar la atención necesaria y que este descuido será aprovechado por el otro para contraatacar.
    • Es preciso retener la acción de desenvainar (¿desenfundar la pistola? ¿encarar el fusil?) hasta que el ataque se manifieste con claridad, ya sea por acciones o por gestos.
      • Legalmente este principio hoy en día está más que en vigor, es fundamental.
    • Es necesario estar en disposición de cambiar la forma de ataque si el adversario modifica la suya (adaptación constante e inmediata).


¿Sirve? ¿Es útil?

¿Qué opinan?

Personalmente pienso que sí, nos sirve y es muy útil. Lo cual demuestra que hay cosas que no cambian, y una de ellas es la lucha por la protección de la vida, propia o ajena, la lucha por la supervivencia es algo que no ha cambiado en todo el periplo de la humanidad. Cambian las armas, desde la mano desnuda con una piedra o un fémur de ciervo, hasta un AK47 o una Colt 1911, pero el “animal” que las empuña y se defiende es el mismo.

Si se dan cuenta no hemos nombrado nada filosófico, ético ni moral, eso es algo privado que dejo a cada uno de ud´s,  tan solo he hablado de puro y duro trabajo con armas.

Y ahora les propongo un reto, es simple. 

Yo he puesto un Arte Marcial muy específico y aparentemente ajeno al mundo moderno, aun así he sacado lo que para mi son lecciones modernas de trabajo con armas. Mi reto es que ud´s hagan lo mismo con uno o varios de la enorme cantidad de otros Artes Marciales, llegando a sus propias conclusiones modernas con ese trabajo antiguo.

Es un reto… ¿lo aceptan?

El siguiente paso es analizar un sistema moderno y a la vez polémico, el Center Axis Relock de Paul Castle.


El boxeo no se trata de golpear fuerte,

se trata de golpear inteligentemente”.

Anónimo.


Center Axis Relock, Sistema ¿un Arte Marcial Moderno con Armas de Fuego?

Empezaremos una serie de artículos sobre distintas formas de trabajar con armas, llámenles procedimientos, técnicas o sistemas si lo prefieren. Procedimientos todos que considero correctos según la situación, entorno, nivel técnico, adversario o adversarios, etc. Creo que esta idea, la he dejado clara en todos y cada uno de mis escritos, y mucho más específicamente en el trabajo “Verdad divina… error fatal”.

Empezaré con el sistema Center Axis Relock, como podía haber empezado por cualquier otro. 

Este sistema fue desarrollado por el, en su momento, policía británico Paul Castle (ϯ 14/09/2011) a lo largo de 3 lustros. Considero este sistema como un Arte Marcial, ya que además de ser adaptativo a la mayoría de las situaciones de combate como los Artes Marciales Tradicionales, utiliza los mismos principios de estabilidad, exposición corporal de costado y posiciones de combate específicas según el entorno y las distancias al objetivo. 


Sistema C.A.R y el estrés. 

Los que sigan mis escritos y procedimientos ya conocen la importancia que le doy a un entrenamiento realista acorde con las reacciones psicofísicas que nos encontraremos ante una situación defensiva o táctica. 

Y este sistema busca favorecer esa reacción segura ante una situación sorpresiva y altamente estresante, mientras facilita a la vez el uso eficaz de las armas o técnicas a nuestro alcance para defendernos o actuar. Aplica posiciones “naturales”, según sus defensores, dentro de lo natural que puede ser disparar un arma de fuego, y que yo prefiero definir como instintivas. Utilizando posiciones corporales, nada desconocidas para los guerreros de hace varios siglos, permite trabajar con las habilidades motoras gruesas, sabiendo que las habilidades motoras finas son las primeras en desaparecer ante el estrés. 

Como cualquier practicante de Artes Marciales sabe, en las posiciones de combate tradicionales se enfatiza la relación espacial del movimiento corporal propio con la distancia de combate y la visión. Y el sistema C.A.R. así lo hace también. 

Sobre el tema del estrés dentro del combate y su entrenamiento previo les emplazo a leer mis artículos previos, ya que en casi todos ellos he enfatizado esta relación y en muchos he entrado en detalles algo más científicos y específicos. 


Dos posiciones básicas. 

Este sistema tiene dos posiciones básicas y dos accesorias o derivadas. 

Posición alta o de retención: En esta posición los brazos están flexionados frente al pecho, al estar de costado es el cuerpo el que dirige el arma al objetivo, estando el arma normalmente paralela al tórax. Es una buena posición de retención, protección del arma y como plataforma de tiro rápido y preciso en distancias cortas y muy cortas, donde es fácil que nos puedan bloquear o desarmar. Así mismo permite llevar con gran rapidez el arma a un costado del tórax para poder abrir fuego de forma casi frontal sin mover el cuerpo apenas. 

Esta posición es fácilmente combinable con la técnica Sul de retención. 

Posición extendida: Es en resumen una posición isósceles moderna, con todas las ventajas que nos da esta posición. Buena para disparos a distancias medias y lejanas, nos da buen control del retroceso, al centrar el arma frente a la cara facilita el encare. Es cómoda y sencilla de tomar desde la “posición alta” antes comentada, así como volver a ella en situaciones que no es necesario o conveniente llevar el arma al frente. Así mismo, de todos es conocida la sencillez con la que esta posición, extendida o isósceles, permite trabajar con ambas manos. 

Además de estas dos posiciones básicas, se reseñan la posición de combate y la posición extrema, en realidad, estás posiciones son más una acción del operador con las dos posiciones ya reseñadas que posiciones distintas. La de combate es una posición alta en la cual no se dispara si no que se está en alerta y a la espera. La extrema es una adaptación de la Extendida prevista para situaciones en las que podemos parapetarnos y apuntar con un relativo mayor tiempo. 


¿Posición extendida versus Isósceles & Weaver?. 

Aunque algunos de los más acérrimos y excluyentes defensores del Sistema C.A.R. defienden que su posición extendida es una mejora de la posición Isósceles y la Weaver, lo cierto es que todo es básicamente una mala interpretación de una mala instrucción. Se alega que la posición Isósceles genera una doble visión, y esto es así cuando la posición isósceles no se aplica o enseña correctamente. Respecto a la Weaver se habla tambien de errores de elevación del arma. Así mismo, la versión moderna de la posición Isósceles reduce y minimiza ese supuesto defecto, adaptándose mucho mejor a las situaciones de uso del arma. 

Lo cierto es que estos procedimientos y posiciones son hermanos, por más que unos u otros quieran buscar diferencias sine qua non. Según donde se utilice la posición se extenderán más o menos los brazos, dando lugar a una forma de Isósceles o de Weaver, eso si, con un canteo evidente y diferenciador del arma. 

Las tres posiciones modernas buscan colocar el arma a la distancia correcta para cada individuo, sin exagerar la extensión de brazos ni del conjunto hombros-cuello-cabeza. Aunque algunos instructores de C.A.R. da especial relevancia a llevar el arma al ojo contrario de empuñe, lo cierto es que esto no es aconsejable en todas las ocasiones salvo que la relación ojo-mano esté cruzada, tiradores diestros con ojo dominante izquierdo, o viceversa. 

Como muchas veces he comentado, en una acción de fuego de emergencia la vista se enfocará en el blanco, y lo único que debemos hacer es colocar el arma entre nuestros ojos y el centro de masas de ese blanco, los disparos irán a ese centro sin mayor problema. Obviamente si el cuerpo está bien alineado, el arma bien empuñada y presionamos el disparador correctamente, entre otras cosas. 

Dominando las técnicas de tiro básicas en situaciones de emergencia y estrés es el cuerpo el que dirige el arma, o así será si hemos entrenado correctamente. En este punto no veo diferencias reales, sino más bien malas interpretaciones, tanto de unos como de otros según por donde vayan los intereses “instructivos” del que los resalta. 

Por otro lado, esta posición extendida nos facilita enormemente el trabajar indistintamente con una u otra mano, algo que si en una situación de combate a pie es muy importante, no digamos si hablamos a actuaciones desde el interior de un vehículo, donde adquiere carácter vital de supervivencia. 

Saliéndonos un poco fuera de la dicotomía Isósceles, Weaver y Extendida, y respecto al trabajo desde dentro de vehículos en cualquier dirección, es de destacar la eficacia de la filosofía de trabajo de este sistema, resultando no solo eficaz y preciso, si no seguro y rápido de adquirir, amén de fácil de mantener la habilidad adquirida.


Protección del arma. 

Muchos me han oído (o leído) que si bien el arma es nuestra defensa (o la de terceros) también nosotros debemos protegerla para que no nos sea arrebatada y, en el peor y más usual de los casos, usada contra nosotros mismos y/o terceros inocentes. Es por ello que aplico y recomiendo la posición SUL en combinación con otros procedimientos (ver “La controvertida posición Sul”) 

La posición básica del sistema, como ya vimos, es la posición alta o de retención, en la cual el arma se encuentra pegada al torso. En esta posición el mismo cuerpo, o mejor dicho, el simple giro o rotación del mismo nos permite salvaguardar la posesión de nuestra arma. Obviamente hablo de la técnica más básica, pero esta posición facilita acciones mucho más efectivas e incluso ofensivas sin disparar, utilizando el arma como objeto de impacto y golpeo, antes de pasar, o no, a acciones más letales. 


Postura lateral. 

Se suele denostar este sistema por su posición de trabajo lateral, y la realidad es que aun siendo la principal posición no es la única, respecto al hecho de exponer el costado abierto de los chalecos de protección balística, en la zona de la axila. Si bien, anatómicamente es cierto, lo considero más una cuestión de procedimiento y situación, que un defecto en sí mismo. Es decir, el error es utilizar un procedimiento dado, el que sea, en un entorno o acción para el que no estamos preparados, ya sea por cuestiones de equipación, de adversarios o de entorno y situación táctica. 

Por otro lado, al trabajar con arma larga lo normal es exponer ese costado, algo que todos los operadores tenemos en cuenta y procuramos minimizar con el adecuado procedimiento táctico que el momento requiera. 

Donde personalmente veo un mayor hándicap a la posición lateral es en los movimientos frontales u oblicuos, ya que caderas y torso tienden a oponerse con lo que podemos ralentizar nuestra capacidad de reacción. Pero ello, y lo recalco, no es un defecto en sí mismo si lo sabemos utilizar y podemos pasar de una posición corporal a otra, adaptándonos a las variaciones del entorno, sin pensar en ello, de forma instintiva. 


No importa cuán lento vayas, 

siempre y cuando no te detengas”.

Confucio. 

A modo de conclusión.

En el C.A.R. tenemos un sistema de trabajo eficaz y versátil, pensado para entornos extremadamente hostiles y estresantes. 

Personalmente destacaría la filosofía de trabajo del sistema C.A.R. más que sus técnicas específicas, ya que estas no son rígidas ni únicas. Es un sistema que se adapta al usuario, a las situaciones; busca simplificar y facilitar las reacciones más eficaces. En resumidas cuentas Paul Castle buscó un método de trabajo que uniera todo lo anterior en una forma coherente y sencilla, tanto de de aprender como de mantener lo aprendido. Y realmente lo logró. 

Ahora bien, pretender que un sistema, por más completo que sea o parezca, cubre todo de forma absoluta es un error. Pretender que es un sistema único y sin relación ni simetría con otros procedimientos es cuando menos exagerado. Castle reunió muchos procedimientos y conceptos en un sistema unificado destacable, pero no es la panacea que todo lo soluciona. 

Como en todo aspecto humano, el integrismo excluyente y fanatismo táctico e instructivo que maximiza un sistema ridiculizando a otros es un error. 

En la antigüedad, los grandes guerreros viajaban durante años visitando a distintos maestros para aprender procedimientos y técnicas de escuelas con filosofías diferentes. Para al final de ese periplo sacar un conjunto uniforme que en muchos casos nos han llegado a nuestros días como Artes Marciales. 

La filosofía del Sistema C.A.R. creada por Paul Castle es elogiable y aplicable en su conjunto. Pero quizás no todos sus sucesores y herederos han sabido agarrar el concepto base, a saber, adaptación y flexibilidad. 

Como en toda obra humana el error está más en el ser humano que en la obra. 

Ya sean alumnos, operadores, instructores o maestros…. Miren el concepto y no los detalles. Entrenen, estudien, analicen, prueben, vuelvan a analizar… y así siempre usen el menos común de los sentidos, el sentido común. 

El sistema de Paul Castle es un buena filosofía de trabajo, independientemente que sirva o no en todos los contextos. 



En mi caso aplico varios procedimientos que pueden considerarse de este sistema, a pesar de emplearlos antes de conocer el C.A.R., combinados con otras muchas rutinas... y estoy seguro que "mi sistema" adolece de mucho más que algún que otro hándicap... ya saben, no existe nada absoluto ni total.


Cuídense y cuiden de los suyos.

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