domingo, 14 de septiembre de 2025

Enseñar, instruir, transmitir, educar… ¿con humanismo? Parte I (de II).

Enseñar, instruir, transmitir, educar… ¿con humanismo? Parte I (de II).

Por Cecilio  Andrade

"El educador es la persona que hace 

que las cosas difíciles parezcan fáciles".

 

Ralph Waldo Emerson.


Instrucción táctica ... ¿humanista?

Y no, no es un oxímoron* el título que de la introducción al presente artículo que están comenzando a leer... ya se verá si lo terminan o no, y si lo hacen si no lo consideran una p´rdida de tiempo.

Un "humanista" es, en un sentido amplio, una persona que defiende o promueve el humanismo, esa corriente de pensamiento y actitud vital que pone al ser humano en el centro, valorando su dignidad, racionalidad, autonomía y capacidad de desarrollo. Aunque históricamente tuvo distintas concepciones, en un sentido más contemporáneo, hablamos de quien se identifica con Principios y Valores de Ética basado en la razón, la solidaridad humana, la libertad individual y la búsqueda de la verdad y el bienestar para todos.

Acaso... ¿no es eso mismo el espíritu de todo ese 1% de la humanidad que busca servir y proteger incluso a costa de su propia vida e integridad física, en contra de sus más básicos e innatos instintos?

Tras esta nueva digresión antes incluso de comenzar, ni se les ocurra disculparme, pasemos a la introducción propiamente dicha de esta primera parte un artículo que sin duda alguna me consta que generará polémica...


Dentro de la metodología de la instrucción táctica, civil, policial o militar, el instructor no debe limitarse a proporcionar únicamente conocimientos técnicos. Su acción ha de ir más allá de lo estrictamente técnico y profesional. Debe llegar a lo humano y educativo, a lo ético y moral, a los principios y valores de usar la violencia por necesidad y no por intereses.

Todos los profesionales que confían en un instructor llegan con unas inquietudes y necesidades de conocimientos para su propia superación, e incluso supervivencia, en el desarrollo de sus funciones. Independientemente de su edad y experiencia, deben ver en el instructor un modelo a imitar, depositario de una autoridad indudable. 

En este marco, la labor del instructor consiste en compaginar autonomía y dependencia, de tal modo que favorezca la maduración de sus alumnos, quienes en sus diversos puestos tendrán responsabilidades varias, dónde tendrán que tomar decisiones así como cumplir órdenes en base a los conocimientos adquiridos.

El instructor, en definitiva, cumplirá su papel de educador y guía de alumnos, creando de forma continua, con su comportamiento y métodos utilizados, una situación en la que los alumnos obtengan conocimientos y normas de comportamiento para que, finalmente, aprendan a ejercer reflexivamente sus responsabilidades.






"Las buenas preguntas superan a las respuestas fáciles".

Paul Samuelson.


¿Pedagogía en la Palestra?

La palabra pedagogía no suele ser muy bien comprendida a día de hoy, al menos en el ámbito “táctico” que tratamos, permítanme analizarla un poco antes de pasar a temas más específicos y técnicos.

La palabra proviene del griego paidagōgeō que es la suma de paidíon, niño, y ágō/agōgós, guía, conductor, lo que nos deja el significado literal de "dirigir al niño". 

Tanto para niños como para adultos es la ciencia que tiene como objeto de estudio la educación con la intención de organizarla para cumplir con determinados fines, establecidos a partir de lo que es deseable para una sociedad o grupo, es decir, el tipo de ciudadano o individuo que se quiere formar.

Pertenece al campo de las Ciencias Sociales y Humanas.

En la antigua Grecia el pedagogo era el esclavo encargado de acompañar al niño hasta la Palestra. Y, ¡sorpresa!, la Palestra era parte de la escuela de lucha en la Grecia Antigua. Los eventos que no requerían mucho espacio, como la lucha y el boxeo, se practicaban allí. 

La Palestra funcionaba independientemente o como una parte de los gimnasios públicos; podía existir sin pertenecer a un gimnasio, pero ningún gimnasio podía existir sin tener una Palestra.

La Palestra fué una característica prominente de la sociedad griega, el significado de la competición atlética traducida a la importancia del edificio en sí mismo. No olvidemos que la lucha fué uno de los más importantes, antiguos y extensamente difundidos de los deportes del mundo griego. 

Con el paso del tiempo, el papel de la Palestra como espacio educativo y social fue también aumentando; aunque la Palestra continuó funcionando como escuela de lucha, también albergaron conferencias y discusiones filosóficas e intelectuales, y en este papel educativo asumió gradualmente el control de la función del edificio.

Los suelos y paredes de la Palestra eran adornados con famosos atletas, dioses y héroes. La música era a menudo parte de los entrenamientos y las competiciones.

¿Notan similitudes en la actualidad? ¿O quizá no?

Volviendo y ampliando el término que nos ocupa, el objeto de estudio de la Pedagogía es la educación, tomada esta en el sentido general. También es posible encontrar la palabra “formación” como objeto de estudio de la Pedagogía, siendo “educación” y “formación” vocablos sinónimos en tal contexto. 

A nivel general la formación es el proceso de preparación de la persona para la vida. Por eso es que algunos autores consideramos que formación y educación son sinónimos. 

No obstante, otros indican que una leve diferencia está en que la formación hace énfasis en el objeto y la educación en la aspiración que se desea alcanzar. Matices importantes sin lugar a dudas. 

En lo que a este trabajo hace referencia los considero como conceptos sinónimos.

En este contexto, la educación tiene como propósito incorporar a los sujetos a una sociedad o grupo, teniendo en cuenta que dicha sociedad o grupo poseen pautas culturales y profesionales propias y características. 

Es decir, la educación es una acción que lleva implícita la intencionalidad de un mejoramiento progresivo que permita al individuo desarrollar todas sus potencialidades. 

Immanuel Kant  propone para la Pedagogía la confección de una disciplina científica, teórica y práctica, que se base en principios, experimentación y reflexiones sobre prácticas concretas. 

Durkheim, al referirse a la educación, expresa que es materia de la Pedagogía y es indispensable construir un saber por medio de la implementación de reglas metodológicas, que sea garante del carácter científico de dicho conocimiento.

Como curiosidad, y también con mi característica de ironía o sarcasmo por mi parte, de la palabra griega luego latinizada como pedagogo surge la actual palabra castellana pedante, con el significado de aquel que con algunos, pocos o nulos conocimientos suele presumir de sabiduría, es decir alguien o algo que aparenta ser intelectual. 

Sin duda este tipo de personalidad suele fascinar a los ignorantes, seguro que no les digo algo que desconozcan. 

Por tal motivo les emplazo, como algo muy importante, a distinguir y separar en la vida real, y en su día a día, la palabra pedagogo de su derivada peyorativa pedante, algo tan difícil de discernir en el saturado mundillo “táctico” actual.

Ampliando un poco el concepto de partida, tanto el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, como el Diccionario Salamanca de la Lengua Española, definen a la Pedagogía como "la ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza".

Ocupación que tiene como objetivo proporcionar guías para planificar, ejecutar y evaluar procesos de enseñanza y aprendizaje, aprovechando las aportaciones e influencias de diversas ciencias, como la Psicología, en referencia al desarrollo, personalidad, inteligencia educativa, social, etc.; la Sociología, la Antropología, la Filosofía, la Historia y la Medicina, por nombrar algunas.

Es por todo ello que el pedagogo se traduce como el profesional que ayuda a organizar mejores sistemas y programas educativos, con el objetivo de favorecer al máximo el desarrollo de las personas, los grupos y las sociedades. Estudia la educación en todas sus vertientes: escolar, familiar, laboral, social y cultural.

En resumen y a para terminar esta ya excesiva explicación, podría decirse que la Pedagogía es la ciencia cuyo objeto de estudio es la formación de la personalidad del individuo.

Las tendencias actuales se dirigen a que esta educación sea integral, es decir, en todas las dimensiones del individuo. 






"No estudies para saber una cosa más, 

sino para saberla mejor".


Séneca.

Normas pedagógicas básicas.

Existen algunas normas de carácter pedagógico que se deducen de la experiencia en todos los campos a instruir, formar y educar, y por tanto también al que nos ocupa, el trabajo de instrucción táctica.

  • Interés y esfuerzo por conocer y comprender a los alumnos.
    • Como primera medida práctica es necesario conocer desde el principio el nombre de los alumnos. Ellos agradecerán esta muestra de interés y se sentirán inclinados a cooperar y mantener una relación positiva con el instructor, para quien han dejado de ser un simple número.
  • Cuidar especialmente la primera impresión, sólo será posible una vez.
    • Preparar siempre la primera sesión con especial cuidado. El primer contacto con los alumnos es muy importante. Por ello, debemos presentarnos a nosotros mismos y a la asignatura con brillantez y eficacia.
  • Contestar todas preguntas.
    • Inspirar confianza contestando las preguntas o reconociendo con nobleza que en ese momento ignoramos, o no recordamos, la respuesta. 
    • Como pauta general, es preferible que las preguntas que interesan a un solo alumno se le contesten fuera de la hora de clase para no interrumpir en exceso el curso de la misma.
  • Mantener la suficiente reserva y compostura.
    • Ser entusiasta en nuestra labor.
    • El saber estar en nuestro lugar no debe suponer “encasillamiento", sino al contrario, una plataforma de acción desde la cual establecer contacto para comunicarnos con los alumnos.
    • El alumno admira al instructor que sabe mantenerse con la formalidad que debe, sobre todo, durante las horas de trabajo.
  • Evitar las preferencias.
    • Mantener una actitud correcta, firme y cordial hacia la clase.
    • El exceso de confianza que haga que se incline el instructor hacia el más simpático y/o hábil, aunque que quizá no posea otras cualidades, da una deplorable impresión en el resto de los compañeros.
  • No poner en ridículo a sus alumnos.
    • Nunca dañar la autoestima de un alumno humillándole ante los compañeros.
    • Hacer en privado todas las reprensiones y en público todas las felicitaciones.
  • Ser puntual.
    • Debemos empezar y terminar las clases a la hora prevista.
    • Evitará molestias a otros instructores.
    • Proporcionará a los alumnos el descanso fijado y aprovechará el tiempo disponible para la enseñanza.
  • No emplear palabras obscenas o chabacanas.
    • El empleo de un vocabulario impropio demuestra carencia de preparación o habilidad para expresarse correctamente, dando la sensación de que se recurre a este sistema para ocultar la falta de competencia.
  • Ser capaz de hacer el trabajo que enseña y de hacerlo bien.
    • Preparando anticipadamente la sesión, sin confiar en la improvisación. 
    • No hay mejor sistema para perder la confianza de los alumnos que dar justificaciones o no saber realizar bien una acción.
    • Debemos hacer las cosas por nosotros mismos antes de pretender enseñarlas a una clase.
  • Alentar la instrucción para la acción, siempre y cuando sea posible.






"Leer sin reflexionar es como comer sin digerir".


Edmund Burke.


3 simples consejos prácticos.

  1. Prepararse a sí mismo.
      • Preparar una guía que indique cuándo y dónde tendrá lugar la sesión, qué alumnos serán instruidos y qué medios serán necesarios.
      • Examinar cuidadosamente el objetivo a alcanzar con cada sesión. Para ello, estudiar las condiciones de ejecución y los requisitos a alcanzar.
      • Asegurarnos de que sabemos ejecutar la tarea nosotros mismos. De lo contrario practicarla por cuenta propia hasta dominarla.
      • Elegir la forma más apropiada de impartir la tarea.
      • Preparar una guía de “tiempo y actividades" que marque la actividad concreta a realizar en cada momento de la sesión.
      • Practicar y/o ensayar la explicación previa de la tarea que se dará a los alumnos.
  1. Preparar los medios.
      • Recopilar el material y equipo necesario, asegurándose que funciona y está operativo.
      • Buscar medios audiovisuales o similares.
      • Adecuar el lugar para impartir la sesión.
  1. Preparar a los alumnos e instruirlos.
      • Explicar a los alumnos qué es lo que se va a instruir y con qué grado de exigencia.
      • Hacer hincapié en las medidas de seguridad para evitar accidentes.
      • Si se necesitan conocimientos previos antes de abordar la sesión, hacer un repaso de los mismos.
      • Hacer un breve test inicial a los alumnos para hacerse una idea de los aspectos de la tarea en los que debemos insistir especialmente.
      • Realizar una demostración previa de lo que se pretende alcanzar.
      • Realizar evaluaciones, en función del tiempo disponible, a todos o algunos alumnos, sobre el contenido de la sesión.
      • Anotar los resultados de dicha evaluación y tenerlos en cuenta para el futuro.





"Los que confían en nosotros nos educan".

George Eliot.



Práctica imaginada.
 

Como señalaba en el actual y pretéritos trabajos, el aprendizaje de una destreza es un proceso tanto mental como físico. Sin embargo tradicionalmente se ha puesto mayor énfasis en los aspectos físicos de cualquier tipo de adiestramiento, desatendiendo con bastante frecuencia los aspectos emocionales y psicológicos del aprendizaje motor y/o cognitivo. 

Las investigaciones recientes, en el ámbito de la psicología deportiva, demuestran que el aprendizaje de una destreza motriz es posible mediante el simple pensamiento dedicado a la ejecución de la misma. 

Existe también evidencia de que el mejor aprendizaje se obtiene cuando las prácticas físicas y mentales se combinan, en lugar de utilizar aislada y únicamente uno u otro de los dos procesos. 

Una técnica de reconocida eficacia, sobre todo en el ámbito deportivo, es la denominada Sofrología. 

Esta práctica imaginada consiste, en líneas generales, en la elaboración mental de imágenes que reproducen la secuencia de la tarea. En nuestro caso consistiría en imaginar vivamente la situación de enfrentamiento, evocando en nuestra imaginación el ciclo de enfrentamiento paso a paso. 

Esta técnica requiere un entrenamiento progresivo de la imaginación, ya que su eficacia dependerá del realismo con que vivamos la situación imaginada. Por ello abordaremos de nuevo este tema en el punto dedicado a la influencia de aspectos cognitivos, donde detallaré un método práctico para la elaboración de imágenes. 




Por lo demás, cuídense y cuiden de los suyos... y espero siga leyendo la segunda parte.



* RAE: Combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido, como en un silencio atronador... o "Instrucción táctica humanista".


Original en Centroamérica, Abril 2017.

Reescrito y modificado en Bétera, España, Agosto 2025. 

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