domingo, 30 de marzo de 2025

Miedo, ansiedad y desinformación en el Siglo de la “Información”.

Miedo, ansiedad y desinformación en el Siglo de la “Información”.

Por Cecilio Andrade (publicado originalmente en la revista Al-Ghurabá).


Como creo que el momento histórico lo amerita, marco en cursiva el texto añadido del articulo original publicado en la revista.


Me ha dado por reescribir un viejo texto que esbocé hace un par de años para la revista Al-Ghurabá, y aunque reconozco que el asombro popular que ha generado lo de la mochila de marras me ha empujado a recordarlo, esto no se trata de que hagamos una mochila de 72 horas.


No, lo cierto es que esto es una campaña de concienciación o de manipulación de masas para instigar miedo y que se  acepte cualquier decisión que se tome desde lugares de acceso restringido, lugares oscuros no por la falta de iluminación, sino más por la falta de ética y responsabilidad.


Tampoco les voy a engañar, no soy tan ingenuo como para esperar algo de responsabilidad a nivel de La Moncloa, de Bruselas ni de la mayoría de sus estados asociados.


No me preocupa la Rusia de Putin, por más falsa democracia que represente, me preocupa el tono, iniciado desde la supuestamente democrática Europa, que no tiene precedentes, ni siquiera en plena guerra fría.


Me preocupa que la Historia que he podido estudiar me diga que siempre que ha habido una escalada armamentística como está y con este perfil de falta de liderazgo y objetivos éticamente sostenibles, acabe usándose todo lo adquirido sin control ni beneficio... del ciudadano. 


Me toca recordar las batallas de la Primera Guerra Mundial y sus decenas miles, cuando no centenares de esos mismos miles, de monos sin pelo uniformados siendo convertidos en "carne picada" en apenas una o dos horas de batalla. Y todo ello gracias a dirigentes del mismo pelaje que hoy nos venden demonios de un lado y ángeles de plumas blancas por otro.


Me vienen a la memoria personajillos históricos como el francés Albert Lebrun y el británico Neville Chamberlain allá por finales de los años 30 del siglo pasado.


Pero no se equivoquen con mi tono, creo en el ser capaz de una autodefensa efectiva y propia, a nivel individual, de naciones y de uniones de estados, sin dependencias ni prebendas, creo que estar armado y ser capaz de de emplear esas armas con eficacia y decencia nos hace seguros. 


Pero también creo que la Ética, los Principios y los Valores, son lo único que nos permitirá vencer a todo enemigo interno o externo sin acabar convertidos en algo mucho peor que aquello contra lo que luchamos.


El enlace del comunicado que les comparto y, lo peor, el lenguaje y el tono que utiliza no se puede ni debe emplear salvo que tengamos una seguridad plena de una amenaza inminente.


Todo ello sí que me da mucho miedo.


Artículo: El Mundo 25 de Marzo 2025



Mi artículo original de Al-Ghurabá (con los añadidos en cursiva).


Hemos dividido la Historia en infinidad de eras, periodos, etapas y épocas, de forma más o menos arbitraria según los intereses particulares o académicos, por no decir espurios en muchos de los casos, de quién la defina. 


Tenemos sociedades de cazadores y recolectores, ganaderas, agrícolas, pasando por industriales, post-industriales, autárquicas, teocráticas, oligárquicas, democráticas, feudales, estratificadas, oscuras, de renacimiento, y un larguísimo e interminable etcétera. 


Y mira por dónde que terminando el primer cuarto del siglo XXI tenemos nuestra particular etapa histórica, la “Sociedad del Miedo y la Ansiedad”. 


Casi estoy viendo a los alumnos de un colegio virtual del siglo XXII estudiándolo con ese nombre en sus pantallas holográficas de mano, que por algún misterioso motivo quizás sigan llamándolas “tabletas”, vaya ud. a saber porqué.


Vivimos con miedo al terrorismo, a la crisis económica, a la pandemia, al desabastecimiento, al apagón energético, a los volcanes, a la delincuencia organizada, a las mafias de toda índole, y si quieren añadan conspiraciones de todo tipo, color y sustrato neurológico que gusten… 


¿Alguien da más? 


Seguro que si… siempre podemos mejorar la oferta del miedo... y si no me creen recuerden lo que sucede a estas horas en la supuestamente pacífica y realmente indefensa vieja Europa.


Tanto por razones profesionales, como posteriormente como parte normal de mi modus vivendi,  siempre he tenido preparada en casa dos mochilas de supervivencia, una con equipo básico de 24 horas y otra mayor con equipo de vida y movimiento, por si debía desplazarme y dormir fuera... y miren por donde ahora descubren eso mismo nuestros incomprendidos dirigentes políticos... que cosas.


Esta es una recomendación normal en zonas de vulnerabilidad sísmica, vulcanológica, hidrológica y, como no, bélica. Pese a lo cual realmente casi nadie la sigue ni siquiera en dichas zonas de riesgo. 


El miedo.


Curioso el mono sin pelo que somos, teme a todo y a todos, pero raramente se prepara para enfrentar ese temor. Prefiere esconder la cabeza, tanto virtual como físicamente, tras una tonelada de excusas, y, relájense, no diré aquí mi escatológica y grosera cita sobre la relación entre las excusas y el… esa zona rodeada por los glúteos. 


Pero, como en cualquier circo que se precie, aún hay más, también teme que si se prepara para todos esos posibles riesgos y amenazas lo tachen de paranoico, miedoso o, que horror, de cobarde y alarmista.


¿Miedo al terrorismo? Atento a todo aquel que porte un pañuelo “palestino”. 


¿A la crisis? Debo ahorrar para pagar la factura de la luz. 


¿Pandemia? Hagamos acopio de papel higiénico. 


¿Desabastecimiento? A comprar tres palés de agua embotellada y veinte cajas de latas de lentejas y frijoles


¿Apagón energético? No importa, hemos acaparado todos los hornillos de camping gas, velas, cajas de cerillas y baterías. 


¿Delincuencia? Aprender Artes Marciales es de brutos y violentos, mejor me apunto a un curso online de una hora de lenguaje relajante. 


¿Guerra mundial? Con una mochila de 72 horas puedo con ella.


Ok… Ok… si, me he ido excediendo de irónico y sarcástico. 


Les pido disculpas… pero con la “boca chica” y tan solo por quedar bien.


Vivimos muy asustados en esta sociedad de miedo y ansiedad en la era de la globalización. 


Ya ven que cayeron las torres gemelas y el miedo se alojó en todas las cabinas de avión del mundo. 


Subimos al tren Alcalá de Henares-Atocha o al metro en Londres y cada cambio de vibración puede ser un atentado. 


Hay miedo en la calle y en los hogares tras veinte años de amenazas globales, y ya no sabemos vivir sin miedo. El miedo es más contagioso que el peor virus, y por las mismas razones, la desinformación.



Alerta versus alarma.


Lo cierto es que la alerta siempre está justificada, la alarma no. 


La alerta genera atención, y esta ayuda a razonar, analizar y comprender con esa parte racional del kilo y medio de gelatina cerebral. 


La alarma genera inquietud y ansiedad en la población, actuando sobre la parte emocional de esa misma gelatina, dificultando pensar, impidiendo analizar y racionalizar, evitando que se comprenda el problema y por tanto… ¡listo!.. 


Ya somos 100% políticamente manipulables, haremos lo que sea por reducir esa ansiedad emocional e irracional.


El miedo es libre, pero también contagioso, siendo Internet, como auténtica incubadora de alarmas, el primer foco de ese contagio. 


Pero, ¿a qué obedece? 


¿Hay algún mecanismo social que siembre y difunda el temor? 


¿De dónde surge ese miedo?



La incertidumbre, raíz de todo miedo.


La respuesta a la pregunta anterior es muy simple.... del contagio de la incertidumbre. 


Lo cual nos lleva a buscar que significa incertidumbre, y según la RAE es:


“Falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud”. 



Y ahí está la respuesta, esa falta de seguridad, confianza y/o certeza, creadoras todas ellas de inquietud, surgen de la falta de información veraz, objetiva y, sobre todas las cosas, racionalmente analizada. 


Los radicales de todo pelaje, y como verán en el siguiente párrafo no crean que solo los terroristas apelan a esa inquietud emocional online, con sus agresivos videos de decapitaciones y barbaridades, emplean los medios de comunicación informales, redes sociales, foros, chats, etcétera, junto con muchos de los tradicionales, para su avalancha desbocada de contenidos, colocados en plataformas fáciles de crear y a las que resulta aún más sencillo acceder. 


Y mira por donde, a día de hoy nos encontramos a nuestros propios políticos, dirigentes, supuestos líderes nacionales jugando a las mismas cartas de generar miedos, incertidumbres y, desgraciadamente, apoyar intereses espurios, cuando no francamente estúpidos y suicidas.


Lo que implica que lograr separar el grano de la paja, la información fidedigna, contrastada y veraz de las mentiras interesadas, habladurías o tergiversaciones”, suponga un esfuerzo imposiblemente heroico en muchos casos.


Emociones negativas.


Las emociones negativas son, sin duda alguna, más impactantes que las positivas, por razones adaptativas de supervivencia evolutiva nuestra especie necesita saber qué va mal, por eso el miedo es la emoción más creíble. 


Las emociones positivas tienen menos impacto porque son más difusas, más tibias. 


Lo negativo nos lleva a la alerta. 


Pero la desinformación constante genera alarma, el miedo vende más que la tranquilidad, y, factor importante a considerar, con el miedo se consiguen rebaños. 


La alerta siempre es positiva y busca saber, y para saber hay que pensar racionalmente, analizar, estudiar, buscar sin descanso la información objetiva, fidedigna, contrastada y veraz, intentando siempre comprender razones y motivaciones; comprensión, que quede muy claro, que no implica jamás aceptación. 


Debemos descartar la emocional, injustificada, normalmente interesada e improcedente alarma, buscando siempre las fuentes, razones, intereses más o menos ocultos, relaciones con otros “miedos”… en resumen, informándose de forma activa contra la narrativa que nos quieren vender tantos y tantos intereses globales.


Algo que, ciertamente ya están haciendo si tienen este texto frente a sus ojos y su cerebro en los datos contrastados que les aportan los autores de cada texto de Al-Ghurabá.


Así que ya saben, contra el miedo piensen y analicen, estudien y comprendan.


Para lo demás, cuídense y cuiden de los suyos.

domingo, 23 de marzo de 2025

Las claves del crecimiento, el avance y la autotransformación… … aprendiendo con nosotros mismos.

 Las claves del crecimiento, el avance y la autotransformación…

… aprendiendo con nosotros mismos.


Por Cecilio Andrade.


"No tengas miedo de crecer lentamente;

ten miedo sólo de quedarte quieto”.

Proverbio chino.

Ya hemos salido del banquillo, ya hemos dejado atrás la primera parte de nuestra educación formal, un colegio mayor, una academia, la universidad, ahora entramos a la cancha, a la que quizás sea la fase más importante de nuestro transcurso vital; esa fase que puede afectar a todas las demás, la familiar, la emocional, la interior… hagan su propia lista.

Me refiero a esa segunda fase educativa, basada en la experiencia y la práctica, la misma que entre otros factores nos otorga una gran gran parte de la propia autoestima. Hablo también de esa misma fase que reiniciamos cada vez que cambiamos de carrera, de proyecto, de enfoque profesional, en definitiva cuando adquirimos nuevas habilidades, enfrentando los abrumadores riesgos de salir de la rutinaria y letal zona de confort.

Y los riesgos son muchos… muchísimos en realidad.

Si no tenemos cuidado, si cedemos ante las propias inseguridades, si nos liamos con problemas emocionales, si dejamos que todo esto controle nuestros pensamientos, generaremos incapacitantes temores que redundarán en deficiencias de aprendizaje y crecimiento personal que arrastraremos toda la vida. 

Es importantísimo aprender las pautas que nos permitan seguir una ideal, y siempre única y totalmente individual y personal, senda correcta de aprendizaje y crecimiento personal. Aprendizaje que gracias a una mente disciplinada trasciende todos los campos del saber humano, incluido el de la Seguridad y la Protección, 


"El cambio y el crecimiento se producen 

cuando una persona se arriesga y se atreve 

a experimentar con su propia vida”.

Herbert Otto.


Objetivo prioritario, el crecimiento personal.

Para los que somos de cierta edad, el significado de mirar atrás, con melancolía quizás, inevitablemente implica reconocer en nosotros mismos, y en todas las personas que en mayor o menor medida nos han acompañado, esa etapa, o etapas, de la vida en la que todas nuestras facultades y capacidades futuras estaban en desarrollo, como un potencial pendiente.

Esa parte de nuestra vida, personal y profesional, recibe muy poca atención. Después de todo no contiene grandes anécdotas, ni loables éxitos o logros verdaderamente reseñables. En esta vital fase de aprendizaje, somos individuos casi copias del ejemplo que creemos querer seguir con mayor o menor acierto. 

Sin embargo lo verdaderamente importante para ese potencial oculto está bajo la superficie, en la mente que se transforma, crece, aprende y se desarrolla de modos que en ese periodo no podemos aún ver, pero, si sabemos reconocerlo aunque sea en forma retrospectiva, contienen todas las semillas de nuestro éxito o fracaso futuro. 

En la infancia y adolescencia se nos inculca conocimientos abstractos a lo largo de un extenso periodo de dependencia de padres y profesores. Crecemos absorbiendo información para que al cabo de este proceso se nos arroje al despiadado, insensible e implacable mundo laboral, en el cual debemos luchar en solitario sin maestra ni madre que nos ampare. 

Seamos sinceros:

  • ¿Estábamos listos cuando nos tocó a nosotros, sesudos veteranos de la Seguridad en general, salir a la palestra?
  • ¿Lo están ahora los nuevos fichajes salidos o no de flamantes universidades?


En realidad ni unos ni otros están, como no lo estábamos nosotros, capacitados plenamente para manejar la transición a una independencia totalmente eficiente y capaz.

Traíamos con nosotros el hábito de aprender de libros o maestros, las nuevas generaciones quizás añadan las redes digitales más que el “analógico” papel encuadernado. De una forma u otra, hábito impropio para la fase experimental, práctica y autónoma de la vida que viene después. Creímos, como ahora creen, que lo que importa en nuestro mundillo profesional es la acumulación de títulos y méritos, llamar la atención y hacer amigos en los lugares adecuados. 

Los que logran adaptarse paso a paso, aprendiendo con aciertos y errores, podrán hallar finalmente su senda. Los que, por otro lado, cometimos demasiados desaciertos, nos creamos un sinfín de problemas que de una forma un otra, en positivo o negativo, nos dejan huella y definen nuestro devenir personal y profesional. 

El aprendizaje debe ser seguido por cada individuo a su manera, sin pretender seguir al pie de la letra el guión de otros, o de los consejos de un libro que la mayor parte de las veces solo autoayuda al juntaletras que lo edita.

El verdadero y eficaz aprendizaje, ese mismo que implica crecimiento y realización,   trascienden a todos, en todos los campos y en cualquier era de la humanidad, y esto es así porque se basa en algo tan inherente al ser humano como es la psicología y el funcionamiento de nuestro cerebro.

El principio primordial que debemos plasmar a fuego y transmitir en la medida de nuestras posibilidades es simple:

"La meta de todo aprendizaje no es el dinero,

una buena posición, un título o un diploma,

sino la transformación de la mente y del carácter, 

de tal forma que garanticen el crecimiento y el desarrollo personal…

en definitivas cuentas, el éxito". 


En cualquier profesión, como puede ser en los múltiples campos de la Seguridad, entramos como ingenuos novatos, normalmente llenos de ideas falsas, así como de sueños y fantasías sobre el futuro y su recorrido. 

Nuestro conocimiento comienza siendo subjetivo, basado más en emociones, inseguridades y experiencia muy limitada, que en verdaderas capacidades. Poco a poco, día a día, fracaso a fracaso y logro a logro, acabamos poniendo un suelo firme bajo nuestros pies, pasamos a tener capacidades objetivas definidas por los conocimientos y las habilidades que permiten a los profesionales tener éxito; aprendiendo a trabajar en equipo y a manejar tanto las críticas como los halagos, transformándonos de impacientes y desperdigados a disciplinados y enfocados.

Para ello la elección es muy simple, seleccionar los proyectos y puestos de trabajo que nos brinden las mayores posibilidades de crecimiento y aprendizaje. 

Crecimiento y aprendizaje que nos dará beneficios toda la vida, muy superiores al de ese puesto aparentemente tan lucrativo que ofrece pocas o nulas oportunidades de crecimiento y aprendizaje. 

Es esto lo que debemos buscar y perseguir, desafíos que nos hagan mejorar y tonificar nuestra mente, donde obtengamos la más objetiva retroalimentación sobre nuestro desempeño y progreso. Elegir un aprendizaje que parezca fácil y cómodo es el camino del estancamiento, y debemos recordar que lo estancado acaba muriendo y pudriéndose, solo lo móvil y dinámico es sinónimo de vida, y por ende de crecimiento.

En mi caso, cada vez que aprendo una habilidad o modifico mi trayectoria profesional, recupero esa parte jovial y aventurera de mi mismo. Podría haber jugado sobre seguro, siendo un funcionario uniformado más, pero, en tales circunstancias, no habría enfrentado más retos que un rutinario día tras día y año tras año hasta llegar al retiro. 

Utilizo el riesgo y las dificultades para medir mis propios progresos, buscando retos constantemente, algo que espero seguir haciendo hasta el final, obligándome a salir de mi odiada e incómoda zona de confort.


"Un maestro vive en el mundo de la transformación,

no en el mundo de la pérdida y la ganancia.”

Dr. John Demartini.

Las tres fases del aprendizaje.

El verdadero aprendizaje es individual y personal, adoptando múltiples formas. Ocurrirá en un solo lugar a lo largo de años, o en varias proyectos en distintas localizaciones geográficas. Podrá ser un aprendizaje especializado o uno integral o compuesto que implique muchas habilidades. Puede englobar una combinación de estudios universitarios y experiencia práctica, o múltiples cursos y experiencias bien aprovechadas. 

En cualquiera de las situaciones anteriores que nos encontremos, o creamos encontrarnos, si han llegado hasta este punto del presente artículo, con seguridad aceptarán que mi personal definición del aprendizaje, así como la meta del mismo, es la autotransformación personal. 

También espero que dentro de dicha aceptación reconocerán las tres fases que empleo de modo general, personal, profesional y académico, y que espero haber sabido plasmar en los párrafos anteriores de una forma más o menos comprensible.

Las tres fases que aplico son:

    • Fase pasiva - dependencia.
      • Definida como la recepción de conocimientos, ya sea por observación como por lectura.
      • Aquí es donde podemos incluir de forma inmediata los cursos y seminarios en los que aprendemos técnicas, procedimientos, métodos y/o sistemas nuevos.
    • Fase práctica - adquisición.
      • Definida como la puesta en marcha de las conocimientos adquiridos en la fase anterior, buscando consolidarlos, fortalecerlos y cristalizarlos en nosotros mismos.
      • Hablamos aquí de las jornadas de capacitación que buscan la consolidación de habilidades y aptitudes basadas en los conocimientos adquiridos en cursos y seminarios.
    • Fase activa - experimentación.
      • En esta fase conocemos perfectamente las técnicas, procedimientos, métodos y/o sistemas, así como poseemos las capacidades, habilidades y aptitudes que en su conjunto conforman nuestro trabajo. 
      • Tenemos la actitud  para el mismo, así como la base para poder experimentar con garantías de éxito con novedosas técnicas, procedimientos, métodos y/o sistemas, buscando actualizar nuestras habilidades y aptitudes.
      • Es aquí donde aparecen las jornadas de entrenamiento, ya sabemos y tenemos las habilidades, toca perfeccionarlas y mejorarlas, e incluso arriesgándonos a experimentar.


Espero haber sabido plasmar de una forma comprensible un tema que deseo seguir desarrollando en futuros artículos y ensayos, mientras tanto recuerden mi mantra…


… cuídense y cuiden de los suyos.


Artículo original para el Boletín del 

Capitulo 321 de ASIS, Bajío, México.