jueves, 4 de agosto de 2022

Fuerza contra Fuerza, una de esas discusiones que sale a la palestra una y otra vez.

Fuerza contra Fuerza, una de esas discusiones que sale a la palestra una y otra vez.


Nota corta por Cecilio Andrade.


Y esto ocurre sobre todo en ciertos círculos en referencia sobre si el entrenamiento Fuerza contra Fuerza  (e. a. FcF) es algo más que un juego, si en realidad no es simplemente más que una forma de divertirse más o menos “oficialmente”. Si no deja de ser un puro entretenimiento aceptado y correcto de los denominados profesionales armados.


Es cierto que se pueden utilizar municiones o armas simuladas, de airsoft o de pintura, pero el hecho de hacer uso de esos, llamémosles así, “juguetes”, no implica que las lecciones, conclusiones, experiencias y lecciones aprendidas sean menos reales. Obviamente siempre y cuando el “juego” se haya materializado con parámetros realistas y coherentes.

Pero… 
¿De qué hablamos? 
¿Qué es realmente? 
¿Teoría práctica? 
¿Práctica teórica? 
¿Una pérdida de tiempo? 
¿Un entretenimiento?
¿Un simple pasatiempo?

Me consta que mucha gente opina, y sin duda deseando que fuese cierto, que todo se puede aprender con leer, charlar, asistir a conferencias, ir de vez en cuando, más en cuando que en vez, sin fuesen sinceros, entre otros aspectos del aprendizaje. 

¿Para qué  es necesario sudar durante horas? 

¿Sufrir humillaciones, según su propio ego obviamente, delante de compañeros? 

¿Perder el tiempo repitiendo innumerables veces movimientos violentos? Si con la primera repetición ya salen "perfectos". 

Sinceramente, en cierto aspecto me gustaría poder escribir que ojala tuviesen razón, el trabajo del profesional armado sería más simple, pero ustedes y yo sabemos que mentiría.

Nada que implique arriesgar la vida puede, ni debe, ser fácil y regalado. El gran escritor, desaparecido hace más de dos décadas, Robert A. Heinlein, lo puso en boca de uno de sus mejores personajes: “nada que realmente vale la pena es gratis”. Y les aseguro que mi opinión es la misma.

Con todo esto no quiero decir que no se necesite estudiar, leer, asistir a conferencias y cursillos, aprender otros temas menos operativos, o divertidos si se prefiere decirlo así. Muy al contrario, es necesario realizar todos y cada uno de esos actos, y además, entrenar, repetir, sudar y sufrir.

Como pueden ver, lo único que hago es añadir más trabajo, más esfuerzo, más horas invertidas, al ya de por sí reducido bagaje de tiempo de un profesional armado. Un campo no invalida a los otros, muy al contrario, se complementan, se refuerzan, se apoyan y se respaldan. 

Unos sin los otros solo son una silla sin una pata, puede servirnos como asiento, es indudable, pero solo de una forma forzada, artificial e incómoda, cuando no peligrosa.

En breve continuaré "disertando", mientras tanto fúmense un puro mientras se cuidan y cuidan de los suyos. 


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todavía recuerdo dejando el ego en la mesa antes de entrar a la casita

Javier Valle dijo...

Excelente Dr. La complementacíon de diversas areas fortalecen a otra y vicebersa, lo tengo muy presente desde que lo conoci y hago en lo mayor de lo posible completentar mi area de estudio y de mi actividad laboral.

Saludos desde México.

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