Desde una pregunta realizada sobre meditación, enfrentamiento armado, memoria, atención, enfoque y ritmos neuronales… una muy larga respuesta …
Parte dos (de dos) de una nota demasiado larga, tediosa y aburrida.
Por Cecilio Andrade.Ritmo Delta.
En este ritmo, asociado principalmente al sueño, las ondas son más lentas pero de mayor amplitud y alcance, como vimos en la nota anterior, con descargas eléctricas neuronales que fluyen entre 1 y 4 Hz. El cerebro se va durmiendo en un proceso continuo, poco a poco, a medida que las neuronas dejan de responder a los estímulos que llegan de los sentidos. Cuando esta desconexión alcanza una masa suficiente, caemos dormidos.
A medida que avanza el sueño, las neuronas comienzan a oscilar en el ritmo delta, y para cuando más del 50 % de las neuronas descargan en delta pasamos a las fases más profundas del sueño. En las anestesias se mide la presencia de estas ondas como indicador del estado de inconsciencia.
Las ondas delta son predominantes en los niños, desde el nacimiento hasta los cinco años de promedio, y comienzan a decrecer en la adolescencia. El proceso de maduración se mide también por las variaciones en el ritmo delta: a medida que el niño madura las ondas delta van decreciendo. La tendencia de estas ondas es la de desaparecer a lo largo de la vida, siendo prácticamente ausentes en el cerebro anciano.
Pese a todo lo anterior, se ha estudiado su importancia en procesos cognitivos conscientes como la toma de decisiones, la observación del entorno, la búsqueda de recompensa y el control autónomo del cuerpo. Todo ello fundamental en una situación de combate.
Ritmo Theta.
También conocido como theta hipocampal por su principal presencia en el hipocampo, es un ritmo lento de 4 a 8 Hz, con importantes implicaciones en la cognición. El hipocampo es la estructura cerebral más involucrada en la memoria, y ambos, hipocampo y ritmo theta, son la clave tanto para la formación de memorias como de la actualización de información nueva y el aprendizaje, además de para la organización espacio-temporal de los acontecimientos. Al igual que las ondas delta, las oscilaciones theta también decrecen con la edad, siendo un marcador del neurodesarrollo.
Las ondas theta son fundamentales para que el cerebro conozca nuestra posición corporal y el lugar en el espacio, estableciendo una muy estrecha relación entre la memoria y nuestro lugar en el espacio. ¿Recuerdan dónde se encontraban el 11 de septiembre del 2001? Recordar el lugar donde estábamos nos ayuda a recordar los hechos. Esta función la llevan a cabo las neuronas de lugar del hipocampo, que generan un mapa mental con la posición que ocupamos en el espacio y diseñan la estrategia de movimiento si fuera necesario.
La primera parte del ciclo de theta está involucrada en calcular la posición que ocupamos en el momento presente, mientras la segunda parte lo está en estimar o planificar cómo será nuestra trayectoria. Así que, en cada momento, el cerebro está procesando nuestro lugar en el mundo, la posición de nuestro cuerpo, y diseñando futuras posiciones; información que será fusionada con la memoria de la experiencia que estemos viviendo. La postura de nuestro cuerpo es parte, para nosotros invisible, de los recuerdos, ya que nuestra posición, movimiento, memoria y aprendizaje se fusionan en las ondas theta.
Una técnica para reforzar las ondas Theta es una práctica de meditación que consiste en ser conscientes del lugar que ocupamos y del espacio que nos rodea. Ejercicio fundamental también dentro del concepto de enfrentamiento.
Ritmo Beta.
El ritmo beta discurre en el rango de 12 a 30 Hz. Siendo junto al ritmo theta los más involucrados en el movimiento. Toda tarea que requiera un control motor debe implicar una desincronización en beta, es decir, debe romperse el patrón neuronal sincronizado en dicho ritmo para poder ejecutar el movimiento. Traducido a un idioma más coloquial, debe romperse la rigidez. Su presencia en la corteza motora se asocia a las contracciones de los músculos, desapareciendo durante el movimiento.
¿Lo considerarían importante para un combate?
Ritmo Gamma.
Gamma es el ritmo más rápido del cerebro, normalmente entre los 30 y 100 Hz, aunque puede llegar a alcanzar los 150 Hz. Es fundamental en la atención, marcando la diferencia entre realizar una tarea de forma atenta o realizarla en piloto automático. Ritmos hasta los 50 Hz. están involucrados en los procesos de percepción y memoria. Los ritmos cercanos a los 100 Hz. se advierten al procesar la observación de uno mismo, la empatía, la compasión o meditaciones muy exigentes.
Está relacionado también con la percepción del tiempo, dada la rapidez de sus descargas, actuando como un reloj con un paso muy preciso del tiempo. Aquellas experiencias que vivimos con atención plena tienen una mayor presencia de ondas gamma, lo que conlleva una mejor estimación de los tiempos así como un mayor detalle en las memorias registradas.
Dada su relación con las ondas theta del hipocampo, gamma es también fundamental para la memoria, siendo por ello que cuando vivimos una experiencia en “piloto automático”, sin consciencia de lo vivido, se produce un descenso de las ondas gamma que dificultan la consolidación de la memoria, fenómeno conocido como “amnesia por lo automático”. Al igual que algo muy similar ocurre cuando ese piloto automático se produce bajo el efecto del estrés durante un enfrentamiento.
Esta niebla afecta principalmente a la memoria autobiográfica, muy dependiente de las ondas gamma. Este lapsus cae antes sobre la memoria episódica, la referente a nuestras vivencias, que sobre la memoria semántica, los datos. Siendo mucho más fácil recordar donde estuve que lo que hice y cómo me sentí allí.
En otra digresión más, comentar que el ritmo gamma muy alto precede también a los ataques epilépticos.
A modo de epílogo.
Como han podido leer, si han aguantado hasta aquí, ese día me tuvieron que soportar los asistentes durante casi 20 minutos más después de la conferencia en sí.
A modo de conclusión o epílogo, no es importante que conozcan las utilidades de cada ritmo neuronal, ni sus características, ni tan siquiera su función. Lo verdaderamente importante es saber como podemos generar actitudes y capacidades de combate, apoyadas por herramientas internas creadas y perfeccionadas por millones de años de evolución para y por la supervivencia de la especie.
Tenemos las “apps”, no necesitamos comprender su programación interna para poder sacarle el máximo efecto, al igual que casi ningún jugador sabe cual es el detalle del software de su playstation o Xbox, pero aun así puede sacarle el máximo rendimiento cuando juega.
Como les dije al principio, esta es una nota demasiado larga, tediosa y aburrida, les avisé, debieron dejar de leer… si llegaron aquí su cerebro ya nunca volverá a ser como antes, es lo que tiene leer, siempre nos modifica de forma irreversible nuestro software personal.
Es lo que hay… y no hay más.
Cuídense y cuiden de los suyos.
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