domingo, 28 de julio de 2024

8 mitos de la Protección Ejecutiva y un consejo. Resumen de una ya emblemática conferencia.

8 mitos de la Protección Ejecutiva y un consejo.

Resumen de una ya emblemática conferencia. 


Por Cecilio Andrade.


“Proeliis parta sunt, ferro et viribus,

sed bella parta caput”.

Publio Cornelio Escipión “el Africano”.


El pasado 18 y 19 de Octubre del 2022 tuve el enorme privilegio de ser uno de los oradores invitados a la Executive Protection Summit en la bella Ciudad de México. Amén de poder decir sin ambages que me sentí como en casa y en familia, debo reconocer el aprecio e interés que recibí de tantos y tan importantes profesionales de la Seguridad y la Protección Ejecutiva de todo el mundo hispano. Sin la menor duda lo considero un hito de mi carrera profesional.

Alli realicé la primera exposición de una conferencia que ya se ha convertido, para mi pequeño y espero que controlado orgullo, en uno de mis clásicas ya repetida por decenas de veces.

Básicamente mi exposición partió de la selección de tan solo 8 mitos de la instrucción y adiestramiento de el campo de la Protección Ejecutiva, la limitación de tiempos para tantos y más importantes ponentes no permitía más. 

Seleccionar los 8 mitos o falacias de tantos existentes, me atrevo a decir que cientos, fue en si misma una tarea ardua y exigente. Durante los meses previos la conferencia final se construyó, demolió y reconstruyó, total o parcialmente, muchas veces. Hubo momentos en los que realmente no estaba seguro de ser capaz de plasmar una tesis coherente y útil, pero sobre todo profesional y seria para tantos expertos que se iban a reunir en la capital azteca. 

Finalmente decidí no pretender ser más sabio que todos los profesionales que allí se reunirían, ni pretender enseñarles nada nuevo. Por lo que organicé la conferencia para dar visibilidad a un mensaje concreto y claro. El mismo con el que muchos profesionales de este campo de la seguridad lidiamos día a día desde hace décadas. 

La Protección Ejecutiva no solo se ha quedado estancada en una zona anticuada y errónea, sino que además la actual Era de la Imagen y las comunicaciones masivas, de este primer cuarto del siglo XXI, ha creado mitos, falacias, exageraciones y, lamentándolo mucho, falsedades, cuando no verdaderas mentiras basadas en egos y modas puntuales.

Un mensaje agrio y amargo, sin duda, por lo que intenté exponerlo de un modo ameno y lo más humorístico que me fue posible sin caer en la chabacano, ni dejar de mostrar y plasmar los riesgos graves en los que se incurre día a día.


De mitos vive el homo.

Los ocho mitos seleccionados y expuestos fueron los siguientes.

      1. Siempre se ha hecho así…
      2. Sin armas no existe protección…
      3. La “necesidad” de entrenamientos y capacitaciones tipo “Rambo” o “Call of Duty”…
      4. Conducción estilo “Fast & Furious”…
      5. Conductores-escoltas-porteadores…
      6. Ahora con chaleco… ahora sin él…
      7. Protección muy “de cerca”…
      8. Los protectores deben ser Maestros de Artes Marciales…


Sin duda, una vez expuesto el pequeño listado, les vendrán a la mente infinidad de otros puntos, detalles y cuestiones que podría haber resaltado o al menos reseñado. Como ya comenté, fue una ardua pelea conmigo mismo el lograr seleccionar los que plasmaran, de una forma general, las dolencias de la capacitación de seguridad en general, y de la Protección Ejecutiva en particular. Permítanme un muy rápido resumen de cada mito.


Mito 1.

Respecto al casi omnipresente “siempre se ha hecho así”, utilizado a modo de fanático mantra y dogma demostrativo por si mismo, comentar que si pretendemos seguir siendo profesionales de cualquier campo  debemos ser adaptativos al momento y lugar, jamás basarnos en una creencia limitante. Las creencias limitantes, generadoras de cómodas rutinas y zonas de confort, existen en todos los aspectos de la vida, pero en el entorno de la Protección Ejecutiva, si no estamos atentos para adaptarnos a los cambios, estas empiezan a contagiarnos convirtiéndose en riesgos por si mismas. 

¿Y que ocurre si eres un protector joven, con poca o nada de experiencia, y en tu primer trabajo o curso, ante el interés sobre el porqué de cómo funciona algo el discurso que escuchas es “porque siempre se ha hecho así”, dado por personas que en teoría tienen más experiencia y saber hacer? Contéstense Uds. a si mismos.


Mito 2.


El segundo mito, “sin armas no existe protección…”, parten de una premisa errónea. Las armas son tan solo herramientas que el ser humano ha desarrollado y usa para la caza o para defenderse, tanto de otros seres humanos como de animales. Pueden servir para atacar, destruir o amenazar a un enemigo. 

Pero la verdadera arma, la que nos ha permitido sobrevivir como especie, es menos visible, y por ello más difícil de utilizar efectivamente, hablo de ese algo menos de 1.5 kg de gelatina, al que llamamos cerebro.

Hacer agujeros sobre un cartón en un campo de tiro, e incluso sobre otro mono sin pelo, que en definitivas cuentas eso somos los seres humanos, no requiere grandes capacidades cognitivas, más allá de perseverancia y superar la frustración del fallo.

Detectar patrones, generar procedimientos, protocolos, analizar y ser proactivo frente a potenciales riesgos, vulnerabilidades, y factores críticos, entre cientos de otros factores, si requiere de saber utilizar esa masa de gelatina de forma organizada y profesional. 

Desgraciadamente lo que menos se entrena y capacita, quizá por ser muy exigente, riguroso y, para la inmensa mayoría, muy aburrido.


Mitos 3 al 6.

Todo lo comentado en el mito anterior genera por defecto, o deformación lógica hasta cierto punto, los cuatro siguientes, empezando por la supuesta “necesidad” de entrenamientos y capacitaciones tipo “Rambo” o “Call of Duty”, unido a las de “conducción al estilo “Fast & Furious””.

Tercer y cuarto mito respectivamente que su vez generan los dos siguientes, el de los conductores escoltas y el de usar mega-chalecos tácticos para entrenar, pero jamás para trabajar, ya que son muy “incómodos”. 

Después de todo, reconozcámoslo, pocas cosas hay más divertidas que vestirse, disparar y manejar vehículos a altas velocidades y con maniobras más o menos de película, como nuestros héroes de acción favoritos.

Como ya dije, vivimos en la Era de la Imagen y la comunicación mediática.


Mito 7.

El penúltimo mito de la exposición es el de “la protección muy “de cerca””, hasta el punto de prácticamente respirar en la oreja del protegido.

Obviamente hay situaciones que exigen una cercanía de ese tipo, pero olvidamos que en la otra inmensamente grande mayoría de situaciones, cuanto más cerca nos situemos encontramos dos riesgos básicos y evidentes.

    • Ofrecemos un objetivo mayor y más asequible.
    • A la vez que esa cercanía nos hace prácticamente ciegos a lo que ocurre en el entorno, ese mismo entorno desde donde se nos vigila y prepara la acción hostil. 


Cecilio, olvida Ud. que con la teoría de círculos, podemos cubrir todas las distancias con distintos equipos de protectores”…

Comentario que suele surgir mostrando que clara y ciertamente se me olvidó que todas las acciones de protección suelen disponer de los medios tecnológicos, de inteligencia y humanos de la avanzada del presidente Biden… torpe de mi, que solo me fijo en esas otras protecciones de uno o dos  protectores… que obviamente no son las habituales… 

Disculpen mi sarcasmo… 


Mito 8.

Finalmente, para relajar un poco la exposición, además de las imágenes más o menos humorísticas a la vez que irónicas, lo reconozco sin vergüenza, me decidí por este mito que nos dice que los protectores deben ser Maestros de Artes Marciales.

Amén de que su misión raramente es pelear como un luchador de MMA en la final del campeonato del mundo, sino detectar, eludir y evitar, y si no se logra todo ello, frenar la agresión y evacuar al protegido en el menor tiempo posible, lo cierto es que hay muy pocos verdaderos luchadores en esta profesión.

La razón más simple, entre muchas más, es que no tienen tiempo material para alcanzar ese tipo de dominio, más allá de técnicas muy concretas, sencillas de aprender, mantener y aplicar. En el día normal de un protector profesional, salvo muy contadas excepciones, bastante tiene con encontrar tiempo para comer y dormir las horas mínimas. Una cosa es lo que nos gustaría y sería deseable, otra muy distinta la realidad cotidiana.


El consejo de finalización.

Tras la exposición de los ocho mitos, tocaba la parte más importante de la tesis expuesta, el consejo.

Para ello me apoyo en la fórmula de Victor Küppers que define el valor del ser humano en todo campo de la vida, tanto a nivel profesional como privado, a saber: 


Vh = ( Co + Ha ) x Ac. 


Vh: Valor Humano.

Co: Conocimiento.

Ha: Habilidades.

Ac: Actitud Personal.



Siendo, a modo de explicación simplista, el Valor Humano la suma de los Conocimientos y las Habilidades que poseamos multiplicados por nuestra Actitud personal. 

El punto más importante al considerar que mientras Conocimientos y Habilidades de la persona suman, es la Actitud la que multiplica el Valor final. Esa es la verdadera diferencia entre una gran persona y una mediocre o simplemente mala. Nadie es grande por sus Conocimientos o Habilidades, lo es por su manera de ser. 

El teórico de las inteligencias múltiples Howard Gardner afirmó que:


“(…)una mala persona no llega nunca a ser buen profesional”. 


He ahí donde entra la Actitud, todas los grandes profesionales de cualquier campo tienen una forma de ser por la que se les reconoce, valora y aprecia. Solo las personas con una buena actitud pueden llegar a ser excelentes profesionales. 

Las malas personas, por su parte, no pueden llegar a serlo nunca, aunque es cierto que pueden llegar a alcanzar una gran pericia técnica. Es necesario poseer un equilibrio entre el compromiso, la ética y la excelencia para llegar a ser un buen profesional. Para “ser realmente bueno” hay que ponerle alma, emociones, sentimientos y cordura a nuestro trabajo. No hay excelentes profesionales que a la vez sean malas personas, no llegan a serlo jamás por más pericia técnica que posean. Los mejores profesionales son siempre excelentes, comprometidos y éticos .

¿No me creen? Piénselo un poco. 

Jamás alcanzaremos la excelencia si no vamos más allá de satisfacer nuestro ego, ambición o avaricia. Si no nos comprometemos con objetivos que van más allá de nuestras necesidades para servir a las de todos, y eso exige Ética.Sin principios éticos podemos llegar a ser muy buenos, técnicamente muy buenos, pero nunca excelente. 

Es importante que antes que profesionales seamos personas, realmente eso es lo que aporta el equilibrio en el desarrollo de nuestras cualidades profesionales. No podemos desligarnos de nosotros mismos, o lo que es lo mismo, no podemos disociar nuestra vida interior de nuestra vida profesional. Equilibrando la balanza hacia lo positivo es como lograremos ser más que un profesional aceptable, también lograremos la excelencia en los distintos ámbitos de nuestra vida.

Al comienzo del presente artículo leyeron una cita en latín que no me molesté entonces en traducir:

“Proeliis parta sunt, ferro et viribus, sed bella parta caput”


La cita es del General romano Publio Cornelio Escipión, “el Africano”, el mismo que finalmente logró derrotar al que muchos consideramos como el “padre de la estrategia”, el gran cartaginés Aníbal Barca.

Permítanme subsanar mi falta traduciéndola ahora:


“Las batallas se ganan con espadas y fuerza,

pero las guerras se ganan con la cabeza”. 

    En el mundo de la Protección Ejecutiva basamos las capacitaciones en esas espadas y fuerza, sobre las que sin lugar a dudas no voy a negar su necesidad. Pero olvidamos la cabeza, que no solo requiere más entrenamiento, sino que exige toda esa Actitud emblemática anterior. 

    La mayoría de expertos asume que proteger tiene como componentes un 5% de reacción, otro 5% de percepción profesional, y un 90% de prevención. Pero… ¿cómo entrenamos a nuestros Oficiales de Protección Ejecutiva? 

    La realidad es que lo hacemos en base a un 96% de reacción, y un 4% a repartir entre percepción y prevención.

    Es hora de cambiar y volver a la base real de la Protección Ejecutiva, dejando las imágenes vendibles a través de Youtube, Tik-tok o Facebook, de basar las capacitaciones en lo que es más espectacular y hollywoodiense, de poner el ego por delante de la realidad y la verdadera profesionalidad. 

    Básicamente eso fue todo lo expuesto en esta ya emblemática, para mi al menos, conferencia que impartí por primera vez en la bella ciudad de México para EP Summit 2022.

    Debo agradecer especialmente a mi amigo Ivan Ivanovich, como parte de la gerencia del evento, por confiar en mi al ofrecerme la oportunidad de ser parte activa del mismo. Igualmente a los oyentes por la cálida y atenta recepción de mi controvertida tesis. Pero no puedo ni debo olvidar a los componentes de ASIS International presentes en el acto por su apoyo, especialmente a los representantes de mi Capítulo 234 de Guatemala.

    Todos ellos y ellas que me siguen apoyando en la distancia y desde tantos y tantos países que amo como mios.

    Gracias.

    Cuídense y cuiden de los suyos.

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