domingo, 13 de abril de 2025

Las tres fases del aprendizaje y el crecimiento personal I. Fase primera, pasiva o de dependencia.

Las tres fases del aprendizaje y el crecimiento personal I.

Fase primera, pasiva o de dependencia.


Por Cecilio Andrade.

“Absorbe lo útil.        

Desecha lo innecesario.

Añade lo que te es propio.”

Bruce Lee.

Como ya comenté al final del artículo inicial de esta serie temática, con un título demasiado largo, “Las claves del crecimiento, el avance y la autotransformación… … aprendiendo con nosotros mismos”:

(…) el verdadero aprendizaje es individual y personal,

adoptando múltiples formas.


Ocurrirá en un solo lugar a lo largo de años, o en variados proyectos en distintas localizaciones geográficas. Podrá ser un aprendizaje especializado o uno integral o compuesto que implique muchas habilidades. Puede englobar una combinación de estudios universitarios y experiencia práctica, o múltiples cursos y experiencias bien aprovechadas. 

En cualquiera de las situaciones anteriores que nos encontremos, o creamos encontrarnos y, si han llegado hasta este punto del presente artículo, con seguridad aceptarán que mi personal definición del aprendizaje, así como la meta del mismo, es la autotransformación personal. 

También espero que dentro de dicha aceptación reconocerán las tres fases que empleo de modo general, personal, profesional y académico, y que espero haber sabido plasmar en los párrafos anteriores de una forma más o menos comprensible.

Las tres fases que aplico son:

    • Fase pasiva - dependencia.
      • Definida como la recepción de conocimientos, ya sea por observación como por lectura.
      • Aquí es donde podemos incluir de forma inmediata los cursos y seminarios en los que aprendemos técnicas, procedimientos, métodos y/o sistemas nuevos.
    • Fase práctica - adquisición.
      • Definida como la puesta en marcha de las conocimientos adquiridos buscando consolidar, fortalecer y cristalizar en la fase anterior.
      • Hablamos aquí de las jornadas de capacitación que buscan la consolidación de habilidades y aptitudes basadas en los conocimientos adquiridos en cursos y seminarios.
    • Fase activa - experimentación.
      • En esta fase conocemos perfectamente las técnicas, procedimientos, métodos y/o sistemas, así como poseemos las capacidades, habilidades y aptitudes, que en su conjunto conforman nuestro trabajo. 
      • Tenemos la actitud  para el mismo, así como la base para poder experimentar con garantías de éxito con novedosas técnicas, procedimientos, métodos y/o sistemas, buscando actualizar nuestras habilidades y aptitudes.
      • Es aquí donde aparecen las jornadas de entrenamiento, ya sabemos y tenemos las habilidades, toca perfeccionarlas y mejorarlas.


Hasta aquí los últimos párrafos del articulo anterior de título tan largo… pero, a modo de inciso, por si les parece demasiado especializada mi división de fases y sus argumentaciones, debo dirigirlos a que observen un detalle sutil y fundamental a la vez, es la misma que se aplica en todos y cada uno de los campos del saber humano, en todo lugar y tiempo que elijan… y por tanto también es la correcta en el sacrificado campo del profesional armado, ya sea en el papel de protector, de cazador de cazadores (va por ti Guti), o de instructor y mentor de ambos.

Ténganlo en cuenta antes de continuar la lectura.


“Cada problema que resolví se convirtió en regla,

que sirvió después para resolver otros problemas.”

René Descartes

Fase primera, pasiva o de dependencia.

La primera y la que menos agrada y por ende la que definirá las dos siguientes… si logran llegar a ellas… obviamente.

Cada vez que me he incorporado a un proyecto, un destino, un trabajo, un país, un entorno nuevo, observo un mundo con reglas, procedimientos y dinámicas sociales propias. Todo esto representa una realidad totalmente independiente de mis necesidades y deseos individuales. Así, mi tarea al entrar en ese mundo nuevo es simplemente observar y asimilar su realidad lo mejor posible.

No soy más listo que nadie en esta observación. Por siempre, desde la más lejana, geográfica o temporalmente, sabana o cueva prehistórica, e incluso prehomínida, el ser consciente ha reunido conocimientos acerca de cómo se hacen las cosas en un campo particular y específico, y, salvo aberraciones históricas puntuales, cada generación supera a la anterior en mayor o menor medida.

Más cerca de nosotros en el tiempo, es obvio que cada lugar de trabajo por el que hemos pasado tiene sus propias convenciones, reglas de conducta y normas laborales. Añadan a este coctel todas esas clases de relaciones de poder entre los individuos que se dan desde siempre en cualquier grupo.

Algo que es muy grave en cualquier campo del saber, se convierte en una aberración en cualquier profesión que afecte a la protección, la seguridad y la salvaguarda de la vida de nuestros conciudadanos. El error tan grande al que me refiero, en los meses iniciales de cualquier proyecto que incurra en aprendizaje, es creer que debemos llamar la atención, que debemos impresionar a los compañeros, jefes y/o instructores, que debemos mostrar nuestra valía por encima de los demás. Tales ideas dominarán nuestra mente y la cerrarán a la realidad que nos rodea. 

Si por otro lado reconocemos la realidad con una actitud aparentemente pasiva, pero que nos brinde la posibilidad para observar en detalle, analizar, comparar, absorber el entorno, nos ayudará mucho más. 

En mi caso aprendí desde muy pronto a desechar todas las ideas preconcebidas que pudiera tener sobre el mundo en el que acaba de entrar en ese momento de mi vida. Aprendí que la mejor impresión que pudiera dar a los nuevos compañeros en esos primeros meses, debería ser a causa de mi seriedad en mi deseo de aprender, sin pretender dar lecciones antes de conocer todos los aspectos de mi nuevo entorno y estar preparado para ello. Igualmente cuando evaluó y audito equipos de trabajo o instrucción lo analizo con el mismo criterio.


Pude detectar dos cuestiones esenciales en todos y cada uno de mis nuevos destinos, periodos de aprendizaje o auditorias y evaluaciones que he realizado.


  • En principio busco siempre las reglas y procedimientos que rigen el progreso en ese entorno, ya saben a que me refiero, al tan manido “aquí hacemos las cosas así”. 
    • Algunas de estas reglas se suelen detectar de forma directa, por lo general son muy genéricas y de sentido común, pese a lo cual es necesario prestarles atención y obsérvalas.
    • Las realmente importantes en este punto son las reglas tácitas que forman parte de la cultura profesional de fondo. Las que atañen al estilo y valores considerados importantes, y que a menudo son reflejo del carácter del hombre o mujer que dieron comienzo al proyecto o similar.
    • Puedes reconocer estas reglas examinando a los que crecen y son distinguidos por su habilidad, o muchas veces las supuestas habilidades.
    • De todas formas suelen ser más factores más reveladores observar a los considerados como torpes, los castigados de una forma u otra por errores puntuales. 


  • Lo segundo que busco son las relaciones de poder dentro de los grupos, ya sean de instrucción o de trabajo, quién tiene verdadero control, o cree tenerlo, de quién surge la comunicación, y de que tipo es dicha comunicación.
    • Estas relaciones jerárquicas en muchos casos, y de procedimiento siempre, pueden ser disfuncionales o nocivas, pero nuestra labor en esta primera fase no es juzgarlas ni pretender cambiarlas, sino entenderlas, obtener una visión completa del terreno de juego. 
    • Mucho más tarde, con conocimiento, experiencia, habilidades, capacidades, aptitudes y actitudes con seguridad podremos reconstruir y reescribir esas mismas reglas. 


En esta primera fase de aprendizaje y crecimiento, cada lección que recibamos, por más pequeña, humilde y sencilla que nos parezca, nos da la oportunidad de observar el mundo en el que nos introducimos. Ningún detalle es trivial. Todo lo que vemos, oímos y realizamos es una lección en si misma.

Con el tiempo acabaremos viendo y comprendiendo cosas que al principio se nos escapaban. Por ejemplo, ese instructor que inicialmente creímos un gran modelo a seguir puede acabar siendo un ejemplo perfecto de los refranes “el hábito no hace al monje” y “dime de que presumes y te diré de que careces”. O esa habilidad que parecía mágica que nos recuerda aquel aforismo tan importante, “inténtalo y fracasa, pero no fracases nunca en intentarlo”.

Poco a poco comenzamos a vislumbrar la senda del aprendizaje. Acumulando conocimientos, habilidades, experiencias, ensayos, aciertos, errores, en definitiva, aprendiendo, pasaremos de la observación al análisis, afinando las habilidades, intelectuales y motoras.

Pero siempre tras meses, a veces años, de cuidadosa atención al detalle. 


“Nunca te alejes del fracaso. Al contrario, 

estúdialo con atención e imaginación

para descubrir sus virtudes ocultas.”

Michael Korda

La importancia vital de una correcta fase pasiva inicial.

Necesitamos comprender que existen toda una serie de razones vitales que debemos interiorizar en esta fase. 

    • Lo primero es conocer ese nuevo entorno por dentro y por fuera, lo que nos ayudará a desenvolvernos eficaz y productivamente en él, evitando errores potencialmente fatales. 
      • Debemos actuar como un francotirador, con el máximo conocimiento de cada detalle del bosque y su ecosistema. 
    • Segundo es convertir la actitud para observar cualquier entorno desconocido en una habilidad determinante y permanente. 
      • Aquí es fundamental desarrollar el hábito de apaciguar nuestro ego y mirar hacia fuera y no hacia dentro de nosotros. 
      • En todo grupo, de trabajo o de instrucción, podremos ver que la mayoría de la gente no percibe los detalles importantes por estar pensando en ella misma. 

      • Como alumno o como mentor debemos cultivar una visión aguda para la psicología humana reforzando nuestra capacidad de concentración y enfoque.
    • Finalmente, acostumbrándonos a observar primero, basando todas nuestras ideas e hipótesis en lo observado con nuestros propios ojos, para analizar posteriormente todo lo que encontremos, alcanzaremos lo que será la habilidad básica más importante en la siguiente fase de crecimiento de nuestra vida, la fase práctica, la de adquisición y consolidación de habilidades, el comienzo de la propia independencia y crecimiento personal.

Pero eso lo dejaré para el próximo artículo de esta serie.


Mientras tanto, sigan cuidándose y cuidando de los suyos.

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