Solo "serán" buenos tiradores cuando "se conviertan" en tiradores seguros… todo lo demás son excusas.
Por Cecilio Andrade.
¿Cuántas normas de seguridad para el trabajo con armas recuerdan?
¿Diez?
¿Doce?
¿Quince?
¿Más?
Pero…siendo realistas y honestos, ¿las aplican? ¿todas?
Personalmente empleo, aplico e intento transmitir una sencillísima lista de cuatro reglas básicas de sentido común, por más poco común que sea, que aprendí del Gran Maestro de Armas, así al menos lo considero, el Coronel Jeff Cooper. Con ellas descubrí que, unido a ese menos común de los sentidos, esta simple y corta lista engloba a todas esas otras más o menos larguísimas listas que todo tirador cree conocer, y pocos aplican realmente. A saber:
- Trate todas las armas como si estuvieran siempre cargadas.
- No permita que su arma apunte hacia algo o alguien a quien no quiere disparar.
- Mantenga el dedo alejado del disparador hasta que no haya decidido disparar.
- Identifique siempre su blanco y lo que hay más allá de él.
Parafraseando al despreciable Jack “el destripador”, vayamos por partes.
La primera regla, “trate todas las armas como si estuvieran siempre cargadas”, prácticamente engloba todas las demás que queramos incorporar. Independientemente de lo anterior, esta regla implica dos cuestiones muy importantes para un tirador seguro:
- Revisión del arma.
- Condición de porte.
Revisión del arma.
De la segunda cuestión, ¿en qué condición porto el arma?, se infiere que debo tener procedimientos estandarizados de revisión o chequeo del arma.
Normalmente se aprende un procedimiento de chequeo previo (prev-check), luego otro procedimiento posterior (post-check), y otro más tras cada acción de fuego para prevenir interrupciones o quedarnos inadvertidamente sin munición. En alguna casos también se enseñan procedimientos “especiales” para situaciones específicas y/o puntuales, como recepcionar o entregar el arma.
En mi caso aplico, y enseño, un único procedimiento de revisión de seguridad que empleo sean cual sean las circunstancias. Lo reconozco, no me complico pretendiendo aprender varios métodos que luego bajo estrés, prisas y/o agotamiento acabaría mezclando, acortando y aplicando de forma incorrecta o parcial, por tanto insegura para mi y, lo que es peor, para los demás.
Este procedimiento lo realizo antes de una acción con el arma, por tanto es mi prev-check, así como al finalizar las acciones con ella, con lo que también es el post-check; pero también cuando la retiro o la entrego en el departamento correspondiente, así como cuando la paso o recibo de un compañero, y esto es así tanto con armas largas como con armas cortas.
Como ven, soy muy cortito de mente, no lo nieguen, lo han pensado, solo gestiono un método que empleo para todo, siendo tan metódico en su aplicación que prácticamente lo he invertido en un TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo)… ¿?
Procedimiento de revisión de seguridad:
- Dirijo el arma hacia una zona segura y/o hacia el elemento de descarga, arenero, tubo, etc.
- Retiro el cargador.
- Acerrojo tres veces de forma enérgica, completa y eficaz, para ello también utilizo la mano de apoyo y de empuñamiento de formas muy concretas que no vienen al caso en este artículo, quizás en otro. Ahora veamos porque el número tres.
- Existen situaciones en las que el cartucho en la recámara no se extrae con el primer acerrojado.
- Tres veces es un proceso equilibrado.
- Si uno de los acerrojados no es totalmente "correcto" no procedo con uno más “para compensar”, realizo de nuevo los tres correspondientes. Este punto es el primer desencadenante de un “sano”, o eso espero, TOC.
- Chequeo la recámara de forma visual y táctil.
- Miro la recámara tras lo cual introduzco el dedo, con ambas acciones me aseguro de que la recámara está vacía.
- Realizo una rotación de la muñeca que empuña el arma dirigiendo la embocadura del cargador hacia el centro del torso, procediendo a la revisión visual y táctil al igual que con la recámara.
- Aun pareciendo redundantes las aciones de control visual y táctil, al convertirse en costumbre, segundo factor del TOC buscado, se realizarán de forma ineludible en cualquier circunstancia de estrés y/o baja o nula iluminación.
- Procedo a acerrojar el arma de la misma forma que lo hacemos en el paso 3... y en acción.
- Las manos solo deben conocer una forma de manipulación.
- Jamás realizo el disparo en vacío.
- Si el arma es moderna y dispone de un sistema de desamartillado procedo a utilizarlo con la palanca correspondiente.
- Si no posee dicha palanca realizo la acción de desamartillado con el procedimiento de “pinza al martillo", que también merece un articulo aparte.
- La mayoría de los disparos indeseados son producto de la insegura costumbre de realizar el disparo en vacío tras, supuestamente, vaciar de munición el arma.
Ya sea para guardarla, depositarla, entregarla, recibirla y/o portarla debemos saber como está la recámara del arma de la que nos hacemos responsables. Esto es una condición sine qua non cuando portamos y trabajamos con armas, algo que Mark Twain tuvo muy presente cuando escribió:
“Se puede andar con una pistola cargada, se puede andar con una pistola descargada; pero no se puede andar con una pistola que no se sabe si está cargada o descargada”.
Debemos seguir en todo momento, y de manera casi obsesiva, las reglas de seguridad con las armas, y para elle debemos saber en todo momento, lugar y situación cuál es nuestra condición de porte. Debemos saber lo que tenemos realmente en las manos.
Condición de porte.
Igual que con las reglas de seguridad y las formas de revisión, muchos pretenden darle la paternidad a la rueda haciéndola cuadrada con listados interminables e inaprensibles. Estoy seguro que cada uno de los lectores podrán recordar al menos tres o cuatro listados diferentes de condición de porte del arma.
De nuevo insisto, me gustan los sistemas sencillos de manejar y aprender, las complicaciones acaban siempre generando errores letales. Por lo que definitivamente me he decantado por el listado clásico de cinco niveles del Coronel Jeff Copper, para definir como está, o debe estar, un arma durante el servicio, los entrenamientos, el transporte o el almacenamiento.
- Nivel 4: sin cargador ni cartucho en recámara.
- Nivel 3: con cargador pero sin cartucho en recámara.
- Nivel 2: con cargador y cartucho en recámara, pero con seguro y sin amartillar.
- Nivel 1: con cargador, cartucho en recámara, amartillada, pero con seguro.
- Nivel 0: con cargador, cartucho en recámara, amartillada y sin seguro.
Nivel 3.
En el Nivel 3 el arma estará con el cargador con munición y sin cartucho en recámara, puede tener o no el seguro manual activado, y el mecanismo de disparo está normalmente en reposo o en doble acción, según el modelo de arma. El tirador debe montar el arma antes de poder disparar, por lo que, en principio, puede ser la forma más recomendable para usuarios con bajo nivel de entrenamiento en el manejo de las armas.
Es una buena y correcta forma de portar un arma, pero igualmente es la excusa, recuerden mi frase escatológica favorita sobre traseros y excusas, en referencia a que el hecho de montar puede ser persuasivo para el delincuente, me abstengo de hacer comentarios. Pero lo que si debemos tener en cuenta es que nos obliga a perder un tiempo valiosísimo para responder ante un ataque por sorpresa. Ahora añadan que el arma queda en simple acción, "¿y qué, Cecilio? eso es mejor y facilita el disparo". Sin duda es muy bueno para un tirador seguro experimentado y bien entrenado, pero ahora piense en ese otro usuario que no está habituado a trabajar con estrés, donde un disparador tan "suave" le tiende a provocar cadenas errores que generan una potencial situación de riesgo.
Nivel 2.
Para el Nivel 2, cargador con munición insertado y cartucho en recámara, el seguro estará activado y el mecanismo de disparo en reposo o doble acción. Permite una relativa rapidez de desenfunde, o encare si es arma larga, pero exige un entrenamiento enfocado y esmerado para realizar todo el proceso con la rapidez y seguridad necesarias.
Nivel 1.
Con el Nivel 1 trabajamos con cargador municionado inserto, cartucho en recámara, mecanismo de disparo armado y, muy importante, seguro activado. Para materializar el disparo tan solo hay que desactivar el seguro tras el desenfunde, o alzar el arma larga, y presionar el disparador cuando el guión esté sobre el blanco. El martillo será liberado con muy poca presión y recorrido del disparador, mejorando la precisión rápida. Es el nivel casi obligado entre los usuarios de las Colt 1911 y similares, ya que al ser armas de Simple Acción Exclusiva (SAO, Single Action Only), el arma debe ir amartillada obligatoriamente si se necesita hacer uso inmediato en defensa.
Aunque con este Nivel pueden portarse fusiles de asalto, rifles de cerrojo, escopetas de tipo operativo y las armas SAO ya comentadas, no todas las pistolas permiten el mantener el amartillado al activar el seguro, al ser homogéneo el sistema de seguro con el martillo y la aguja percutora, caso de la española Llama 82 y la italiana Beretta 92 por ejemplo.
Nivel 0.
El Nivel 0 implica que tanto el arma como el portador de la misma están ya listos para hacer fuego, que las circunstancias han generado la posibilidad potencial o real de verse obligados ha hacer demostración o aplicación de la fuerza letal que implica un disparo.
A modo de conclusión.
Busquen la seguridad en Ud´s mismos, en sus pensamientos, en sus acciones, en sus gestos, en sus manipulaciones, en su actitud... llevar un arma es nuestra responsabilidad, sin importar si somos profesionales armados o legítimos usuarios, cualquier error es "nuestro error". Busquen reducir los riesgos de ese error fatal generando procedimientos que los minimicen a niveles ínfimos... riesgos y armas siempre estarán juntos, pero ni unos ni otras poseen mentes conscientes, nosotros, operadores de esas armas y conocedores de esos riesgos, si poseemos esas mentes conscientes
Háganlo tan sencillo y seguro que no se puedan equivocar, y luego entrénenlo hasta que se convierta en un reflejo adquirido. Si logran que sea fácil y seguro de enseñar, será fácil y seguro de aprender, todo ello hará que también sea fácil y seguro de mantener en el tiempo. ¿Y ya está? Con esos tres "fácil y seguro" y el entrenamiento disciplinado e inteligente lograrán lo más importante de todo, que acabe siendo fácil y seguro de aplicar si alguna vez se ven obligados a ello.
Recuerden siempre, solo podrán ser "buenos tiradores", de cualquier tipo, si son tiradores seguros… todo lo demás son excusas.
Cuídense y cuiden de los suyos.
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