domingo, 14 de abril de 2024

La posición del brazo de apoyo con arma larga, mucho más que una simple moda.

La posición del brazo de apoyo con arma larga, mucho más que una simple moda.

Por Cecilio Andrade.


Posición “recogida”.


Por algún punto hay que comenzar... y sin la menor duda es esta posición la más común desde el punto de vista operativo, con la mano de apoyo recogida generalmente sobre la embocadura del cargador del arma, ya que a pesar de no ser perfecta en todos los aspectos, es la que mejor se adapta a cualquier tipo de arma, independientemente de forma, calibre y tamaño. 


Por otro lado es muy fácil de adoptar, y para demostrarlo prueben con un sencillo ejercicio, colóquense en guardia de boxeo, la típica, ambos puños alzados, tronco ligeramente en oblicuo hacia el hipotético adversario, con  lo cual queda una mano levemente por delante de la otra, ¿ya la tienen?, ahora que alguien les coloque un fusil en las manos sin que Uds. modifiquen apenas su posición más que para adaptarla al tamaño del arma, y ... ¿Qué han obtenido? ¿Una posición de púgil o de boxeador?

La mano de apoyo se sitúa sobre la embocadura del cargador, o dejándolo muy próximo a la misma.


Ambos brazos permanecen lo más cercanos que sea posible al tronco superior. 


Ambos antebrazos tienen un ángulo respecto del brazo y tórax del orden de entre 30º y 45º, adaptándolo obviamente a los parámetros ya descritos de tamaño del arma, equipación y envergadura del tirador. 


El brazo de apoyo es casi una imagen en espejo del brazo principal, aunque esta semejanza depende mucho, de nuevo, del tamaño del arma respecto del tirador, al obligarlo a alargar o recoger más el brazo. 


El hombro principal está ligeramente atrasado dejando el tronco en oblicuo en relación a la línea de tiro del fusil. 


Lo que me recuerda… ¿aún sigue siendo parecida a la posición de púgil?


 El error más común suele ser abrir uno o ambos codos, lo que se traduce en un mayor agotamiento, pérdida de control de tiro en lateralidad, con la deriva correspondiente, y dificultar los movimientos verticales.


Como ventajas podemos destacar, entre otras:

  • El apoyo del arma en posición de tiro se realiza sobre los huesos más que con los músculos, lo que permite mantenerse descansados y operativos por más tiempo en acciones prolongadas y exigentes.
  • El control físico y las manipulaciones del arma, cambios de cargador o interrupciones entre otras, son más sencillas y cómodas por la cercanía de la mano de apoyo que las realiza.
  • Los movimientos verticales del arma son muy fácilmente controlables.
  • Resulta más difícil ser desarmado desde esta posición ya que ambos brazos pueden ejercer máxima fuerza y control sobre el arma.
  • Portando accesorios pesados en la parte frontal del arma puede facilitar levemente el alzarla y mantenerla elevada.
  • Si se requiere puede realizarse un tiro más preciso situando el codo de apoyo en el abdomen, adoptando una posición de tiro muy parecida, pero no igual, al tiro deportivo, eso sí…. estática.
  • Es fácil controlar las transiciones de armas así como los cambios de hombro.
  • Es aplicable a casi cualquier tipo de arma independiente de calibre y longitud.
  • Cómoda de emplear en recintos muy cerrados y/o vehículos.

Obviamente también deben conocerse sus desventajas:

  • Para disparos lejanos sin apoyo y/o de extrema precisión, la boca de fuego “baila” en exceso.
  • En posición de espera el arma está más controlada sin duda, pero los brazos pueden agotarse pronto, especialmente el de apoyo.
  • En los cambios de objetivo y giros rápidos es fácil rebasar el blanco por la inercia generada  por todo el peso del arma situado por delante de la mano de apoyo.
  • Aunque lo comenté como ventaja, lo cierto es que con demasiados accesorios pesados en la parte frontal puede también generar mayores oscilaciones, temblores y efectos de inercia para los disparos rápidos de combate, giros, en movimiento y/o tiro de precisión de pie sin apoyo.
  • Es fácil tapar la ventana de expulsión especialmente en las armas que son relativamente pequeñas y/o con operadores con gran envergadura de brazos y manos grandes.
  • En algunas armas es relativamente fácil, por las mismas razones que en el punto anterior, presionar inconscientemente determinados palancas y botones, por ejemplo, en el M4 es muy común presionar con estrés el retén del cargador, incluso para manos pequeñas como las del gnomo que les escribe este ensayo.
  • En algunos modelos de armas no es aconsejable agarrar directa y/o únicamente el cargador, debido a que este puede desalinearse generando interrupciones indeseables.
  • En disparos tras parapetos es sencillo cometer el error de disparar al mismo obstáculo.


Posición extendida.


Continuando con la línea argumental del punto anterior, esta posición, relativamente fácil de adoptar, es de uso común en el ámbito deportivo del IPSC con carabina y en alza en los entornos operativos.


La mano de apoyo se aleja lo máximo posible, sin rigidez excesiva, buscando que la posición y tensión del codo sea muy similar a la requerida para la posición isósceles clásica con pistola. 


Es posible colocar la mano por encima o por debajo del arma, lo cual depende mucho del tamaño del arma respecto del usuario, de todas formas se debe considerar siempre unos centímetros importantes para no tapar la boca de fuego de forma peligrosa. 


En este caso los errores más comunes son no llegar a extender completamente el brazo, darle excesiva rigidez o sacar el codo hacia el exterior. Todo lo anterior genera cansancio y tiende a desviar los disparos en lateralidad, ya sea a la derecha por falta de tensión o a la izquierda por exceso de la misma, hablando respecto a la gran mayoría de tiradores diestros. 


El brazo principal no varía su posición de la ya descrita anteriormente en otros artículos, pero el hombro principal si está ligeramente más adelantado que en la posición recogida, ya que la cantonera del fusil se sitúa levemente más centrada respecto al tórax que en la posición anterior.


Como ventajas se pueden destacar:

  • Eficacia y precisión para disparos en movimiento para distancias medias y lejanas.
  • En posición de espera el arma está más controlada y los brazos pueden mantenerse más descansados.
  • En los cambios de objetivo y giros es fácil controlar la inercia del arma, incluso con accesorios pesados, lo cual facilita dichos cambios de objetivo.
  • Es también relativamente fácil controlar las transiciones de armas.
  • En tiro tras obstáculos es más sencillo asegurar la posición del cañón respecto al borde del parapeto.


    Igualmente como desventajas deben destacarse:

    • El apoyo del arma en posición de tiro se realiza con los músculos, especialmente sufren más tensión el hombro y el codo de apoyo en los giros contra varios objetivos, por lo que resulta una posición más agotadora que no permite mantenerla de forma prolongada y exigente.
    • El control físico y de manipulaciones del arma, como cambios de cargador o solucionar interrupciones, es ligeramente más lento e incómodo, sobre todo si no se entrena debidamente.
    • Los movimientos verticales rápidos del arma pueden acabar rebasando la zona a batir si no se entrena correctamente.
    • Resulta más fácil ser desarmado ya que la posición de ambos brazos no permite su máxima tensión y potencia de agarre, resultando relativamente fácil luxar el brazo de apoyo.
    • Dependiendo del tamaño y accesorios del arma puede hacer más pesado y lento su manejo.
    • En interiores muy cerrados, como vehículos, es incómoda de emplear, generando además un riesgo de daño al codo de apoyo, e incluso a los dedos de la mano de apoyo.

    Posiciones intermedias.


    Respecto a las posiciones intermedias, esta definición encuadra todas aquellas donde la mano de apoyo no está ni recogida lo máximo posible, ni extendida también al máximo. 


    Muchos operadores e instructores tienen catalogaciones para cada ángulo específico, personalmente opino que como esto depende de condiciones tan individualizadas, y en muchos casos particulares de cada operador, es más sencillo compendiarlas en una solo tipo. 


    Las condiciones generales de uso son las comentadas en la nota sobre la mano recogida, variando tan solo el ángulo entre brazo y antebrazo. La variación de dicho ángulo dependen en mayor o menor medida de lo ya comentado en la relación del tamaño del arma respecto a la envergadura del tirador y en relación con el  equipo que porta. 


    Al ser tan variada y personal la adopción de estas posiciones intermedias, realizar un desglose de ventajas y desventajas no sería realista, ya que lo cierto es que la posición utilizada caerá dentro de los parámetros de alguna de las dos principales posiciones ya descritas. Por regla general, estas posiciones intermedias, son adaptaciones anatómicas personales, más o menos acertadas y/o correctas de las dos anteriores. 


    En si mismas no son posiciones incorrectas por no estar en uno u otro extremo, son adaptaciones, por lo tanto cada tirador requiere un análisis individual y personalizado, basado en el grado de extensión o flexión de su brazo respecto a los parámetros de las posiciones ya descritas como extendida o recogida.


    Entonces... ¿Qué posición debemos adoptar? 


    Llegados a este punto a muchos les surgirá esa pregunta directa:


    - "A ver, Cecilio, sin excusas, ¿cuál es "tu" técnica con arma larga?… te toca dejarte de tonterías filosóficas y "mojarte".... ... y te advierto que solo puedes usar una".


    Intentaré responder, pero no creo que pueda dejar de lado mi vena filosófica, histórica ni ... siendo sincero, pedante.


    Disparando armas largas se habla siempre de cuestiones de brazos, hombros, codos, manos, torso, piernas, y… ¿Qué falta? 


    Cuando paseando por la montaña, por ejemplo, se necesita definir un soez ¿dónde ca%!/$… estoy?, el método estándar es sacar el rumbo inverso a tres puntos visibles e identificados en el plano. Dibujando y cruzando esas tres líneas sobre el plano mostrarán normalmente un diminuto triángulo dentro del cual ya no se estará tan perdido. Es posible localizarse con dos líneas pero la precisión no será tan exacta. 


    Con el tiro de combate ocurre lo mismo, con dos líneas de control, léase los dos brazos, es posible ser preciso, mas no del todo exactos, falta algo, y ese algo es el control de altura de la línea de tiro. Con la mano principal se controla, dirige y dispara el arma, con la mano de apoyo se controla altura y deriva. La tercera pata de un trípode de estabilidad, o la tercera línea de referencia del plano si les gustó el símil anterior, sería el contacto de la culata con la mejilla, que es la que nos otorga la precisión.


    Mirando de frente al objetivo, sin duda nadie mínimamente responsable disparará apuntando de reojo, la cara se coloca creando una línea imaginaria entre la mejilla, la culata del arma y el blanco, línea sobre la que se sitúa el eje del arma y la línea de miras


    Con los dos puntos de apoyo y  el de referencia, ambos brazos y mejilla respectivamente, el arma quedará dirigida con precisión. 


    Ahora es cuando le toca a los tres ojos, los dos del tirador y el del arma con la boca de fuego, buscar el punto exacto donde deben converger sobre el objetivo.


    La inevitable filosofaba táctica de Cecilio.


    Según una antigua leyenda, existía un diamante con miles de facetas, un diamante que mostraba la verdad mirando a través del mismo. Obviamente nadie veía lo mismo, cada cual miraba por una faceta distinta que modificaba la verdad a su ojo y le hacía pensar que era el único que veía lo correcto. El primer gran sabio fue aquel que intentó mirar por el mayor número de facetas posibles, sumando todo para hacerse una imagen lo más completa y aproximada posible de esa verdad.  


    Y han leído bien, lo más aproximada posible, no existen verdades absolutas, lo lamento por los dogmáticos respecto a las realidades, aunque... siendo sincero, en absoluto lo lamento.


    Como individuos nos distingue muchas cosas, forma física, constitución, habilidades, actitudes, aptitudes, experiencias, criterios, moralidad, principios, trabajo habitual, por nombrar lo más habitual. 


    Ahora imaginen a nivel internacional, y específicamente hablemos de instructores, cada cual con su mayor o menor ego, con su deseo o no de distinguirse, de sacar algo único que lleve su nombre, y obviamente cada uno con su verdad, con su visión única y puntual de una única faceta de ese enorme diamante, táctico o no, de la leyenda.


    En lo que atañe al tema del presente texto, al trabajo con armas y el trabajo operativo, hay que evaluar cada técnica de forma precisa, y tener claro de qué condiciones positivas y negativas disfruta cada una. Saber el qué, porqué, para qué, como y cuando se emplea cada técnica por esas personas o unidades es importante, y si además se conoce como nació, desarrolló y evolucionó sería perfecto. 


    Lo cierto es que la técnica perfecta no existe, existe el operador que sabe adaptarse mejor y más rápido, independientemente del procedimiento. Existe el operador que usa el menos común de los sentidos, y si, ese mismo es, el sentido común.


    Se habrán dado cuenta que no hay comentario alguno sobre accesorios, empuñaduras, agarres, asas o demás aditamentos que pueden agregarse a un arma. No vienen al caso. Han leído en qué puntos concretos han de fijarse para realizar correctamente sus acciones, que las faciliten o entorpezcan por el añadido de accesorios es más una cuestión de preferencia personal o grupal que de otra cosa.


    Decidan lo que decidan llevar entrarán en lo descrito en esta y otros ensayos, por lo tanto son Uds. los que deben analizar, estudiar, probar y pensar si les ayuda o dificulta. Por otro lado un accesorio puede ser muy útil en un caso concreto pero entorpecer en otros.


     ¿Qué casos son más comunes y cuales más improbables en su trabajo? Les toca pensar.


    Y sigo sin "mojarme".


    - Vale, ok, todo muy lindo Cecilio ¿y tú? no te has "mojado" listillo, contesta a la pregunta del comienzo ¿que  técnica empleas con el arma larga? 


    Pregunta clásica para tener un referente a atacar, criticar, imitar o considerar. 


    Pues bien, la respuesta debería ser más que obvia:


     Empleo aquella que las circunstancias me exigen


    - De forma estándar me muevo y actúo con la mano de apoyo recogida.

    - Paso a extenderla cuando tengo varios objetivos a media y larga distancia.

    - Cuando debo disparar en movimiento a blancos a esa misma media y/o larga distancia.

    - Tras obstáculos a los que no deseo "adosar" mi cuerpo. 


    - Vuelvo a la posición recogida en recintos cerrados y/o tubulares.

    - Y/o a distancias cortas y medias. 


    Una de las virtudes principales que un operador armado con posibilidades de éxito necesita es el pragmatismo. Si además poseen la capacidad de adaptación, sin duda todo ello es prueba de que saben pensar… de forma pragmática y adaptativa. Con esas tres virtudes las posibilidades de supervivencia pueden considerarse como mínimo mucho más amplias. 


    Y en mi caso, "mojándome" ante su pregunta, busco ser pragmático adaptándome a las circunstancias y entorno específico de cada situación


    Un profesional armado no puede ni debe ser siempre un martillo, en este mundo no todo se soluciona a golpes ya que no todo son clavos, aunque ciertamente si abundan. 


    Siempre me quedo con una duda y una esperanza, la de si he sabido aportar algo útil que les ayude a pensar y ampliar sus cajas de herramientas y técnicas. 


    En fin, sea como sea, obligarles a pensar quizá no les hará mejores operadores pero sin duda si les hará mejores profesionales. 


    Cuídense y cuiden de los suyos.

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