“Antidisturbios. Viaje al centro del conflicto callejero”. Una muy particular recomendación literaria.

 “Antidisturbios. Viaje al centro del conflicto callejero”. Una muy particular recomendación literaria.

Por Cecilio Andrade.

And though we were hurt so bad 

In the fear and alarm  

You did not desert me 

My brothers in arms

Pretendo presentar un libro pero no puedo evitarlo, para no variar mi ultimo estilo vital de escribir, seré exageradamente pedante en esta nueva digresión literaria.

No me disculpen… o simplemente cambien de blog.

Me vino a la mente, leyendo el libro de Guti, una y otra vez las estrofas que dan comienzo a esta pedante digresión. Son de la canción que da nombre al álbum y que a menudo suena en funerales militares anglosajones principalmente. Me refiero all álbum de 1985 que el grupo británico Dire Straits tituló Brothers in Arms. Permítanme una particular y personal traducción.

Y aunque estábamos tan heridos,

con miedo y alarmado,

no me abandonaron

mis hermanos en armas.

La definición de “hermanos de armas” hace referencia a aquellos hombres y mujeres que prestan servicio juntos en un conflicto, especialmente en una guerra, y la delincuencia, el crimen  y la corrupción no deja de ser una guerra a nivel global.

Por extensión, los hermanos de armas también son esas personas que comparten una relación muy estrecha y sólida.

Tal vez este concepto se inspiró en el latín posclásico ”frater in armis”, pero lo cierto la frase existe desde el siglo XV de manera más o menos común, y sin duda el mismo William Shakespeare la popularizó en cierta forma en su gran obra de teatro “Enrique V”, en la famosa arenga del rey antes de la Batalla de Agincourt al dirigirse a sus compañeros soldados y caballeros.

Nosotros pocos, nosotros pocos y felices, banda de hermanos;

porque hermano mío es el que vierta hoy conmigo su sangre; por muy humilde que sea,

esta jornada enaltecerá su alcurnia,

y los caballeros ahora acostados en Inglaterra

se considerarán malditos por no haber estado con nosotros,

y tendrán en poco su rango cuando oigan hablar a alguno

de los que combatieron con los nuestros en el día de San Crispín.

Ciertamente en el ejército y policía, históricamente se ha hecho hincapié en el concepto de fraternidad y camaradería entre compañeros, y hermanos de armas representa esa mentalidad para todo profesional armado o no que este dispuesto a correr en dirección al peligro, para salvaguardar la vida de desconocidos que en muchos casos quizás ni merezcan su sacrificio y dedicación.

Basándose en el significado que tiene para los profesionales armados, algunas personas se refieren entre sí como hermanos de armas para invocar el mismo tipo de mentalidad de “todo o nada” que está comúnmente presente entre los profesionales de emergencias, insisto, armados o no.

Todo eso se me pasó por mi aburrida cabeza leyendo cada línea de la obra de José Miguel Gutiérrez Parera, “Antidisturbios. Viaje al centro del conflicto callejero”. Una obra que sin duda no merece una recomendación tan pedante, engolada, pomposa y pretenciosamente afectada y sabionda.

Conozco a “Guti” desde hace más de 20 años, y doy fe que merece una mejor y más erudita presentación de un diario vital que ha plasmado una humanidad y espiritualidad guerrera como muy pocos pueden hacer. 

He sentido cada emoción que ha plasmado, cada pensamiento, cada desahogo, cada desilusión, cada tristeza pequeña o grande, cada pérdida y cada desencanto. También he sentido como míos cada uno de esos detalles que hacen que cada Cazador de Cazadores sienta que está en la senda correcta.

Cada satisfacción que aprendemos a transformar en alegría y felicidad, de saber, de sentir, de interiorizar que aunque las acciones que debemos realizar nos aterrorizan y repugnan en la mayoría de los casos, son las que nos llenen de satisfacción al cumplir nuestro objetivo de “servir y proteger” a quienes no pueden, no saben o no quieren protegerse. De querer y  saber servir no hablaré.

Lean el libro de Guti, es lo mejor que puedo decir, y con seguridad debí quedarme en esa simple frase… Lean “Antidisturbios. Viaje al centro del conflicto callejero” de José Miguel Gutiérrez Parera, de “Guti”.

Si son profesionales armados de verdad, podrán ver reflejadas sus aspiraciones, esperanzas y experiencias.

Si son ciudadanos comprenderán lo que implica el día a día de quien ha puesto el servirles y protegerles como escudo contra el mal que les acecha, lo crean o no… lo crean o no.

Gracias Guti… por mostrarnos que la soledad del Cazador de Cazadores tiene un objetivo loable y correcto.

Lean… no duden y lean esta obra.

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Al pensar en la policía local pueden venirnos a la mente servicios de regulación del tráfico o denuncias de infracciones de convivencia o urbanidad. 

Sin embargo, la Policía Municipal de Madrid, una de las mayores de Europa, cuenta con una unidad antidisturbios que desarrolla tareas propias de cualquier policía nacional. 

Desde dispositivos de seguridad en grandes eventos hasta la protección civil (pandemia del covid o Filomena), pasando por el despliegue ante eventos deportivos de alto riesgo. 

Cada capítulo contiene códigos QR que permiten acceder a múltiples informaciones, películas y canciones relacionadas con su contenido. 

En palabras del autor: 

«En este libro podrás conocer de mi mano alguno de esos hechos históricos y cómo los viví,

así como otros muchos que no han salido ni saldrán en las noticias». 

Un libro que nos recuerda que detrás de un casco y un uniforme aparatoso hay un ser humano, vocacional, entregado y siempre dispuesto a mantener el orden. 

La delgada línea azul entre la ley y la barbarie. 

Todo lo narrado en estas páginas es producto de la larga experiencia del autor, que habla exclusivamente en su nombre.